Deportes Melipilla coronó un par de años para el olvido al perder la categoría por segunda temporada consecutiva. Los "Potros" cayeron de Primera a Primera B (por secretaría) al finalizar 2021 y, ahora, con una fecha por jugar, aún en el torneo de Ascenso, los metropolitanos ya están condenados a la Segunda División para 2023.
Un conflicto de interés nunca resuelto surge ahora con la presencia de Melipilla en la tercera categoría de nuestro fútbol, pues Carlos Encinas, uno de los propietarios del "Potro", es también el entrenador de Lautaro de Buin y, según una investigación publicada por Radio Agricultura, la relación entre ambas escuadras ha sido más que cercana en estos últimos años.
De hecho, el informe comenta un permanente ir y venir de jugadores entre ambos elencos metropolitanos. Especialmente, se hace hincapié en que el empresario utilizó a Deportes Melipilla para solventar los gastos producidos por el "Toqui" en una categoría menor.
Cuando Melipilla militaba en Primera División, en 2021, Lautaro de Buin envió a préstamo a cuatro jugadores a su "hermano mayor" (Nicolás Forttes, Mauro Lopes, Matías Tellechea y Boris Lagos). Jugaron poco y nada en Melipilla y regresaron al "Toqui", eso sí, el salario lo asumió el elenco de Primera.
La fórmula se repitió en 2022
Con los melipillanos ya en Primera B, el informe apunta a que nada menos que 16 jugadores fueron traspasados desde Lautaro a Melipilla, para que el elenco del poniente de la Región Metropolitana se hiciera cargo de sus salarios. En otras palabras, verdaderos "fichajes fantasmas".
También, Encinas siguió utilizando al conjunto que estaba en una mejor división para contratar futbolistas y enviarlos a préstamo al cuadro de menor denominación. Así, siete futbolistas ficharon este año en Melipilla y, sin jugar minuto alguno, fueron enviados a préstamo a Lautaro, con los "Potros" haciéndose cargo de los gastos.
¿Qué pasará ahora que ambos equipos estarán en la misma división? El entramado, seguramente, será más difícil.