"Creo que lo necesitábamos", reconoció el jueves Gonzalo Espinoza, consultado por los intensos trabajos físicos que el nuevo cuerpo técnico de la U impuso desde su llegada al club. Un "reforzamiento" que, de hecho, cobró rápidamente dos víctimas -Walter Montillo y Jean Beausejour-.

Y es que Rafael Dudamel tenía completamente diagnosticado al equipo antes de llegar a Chile, una de las razones por las cuales Azul Azul se terminó decantando por él. Y dentro de ese análisis, la parte física era evidente. No sólo porque únicamente jugadores a punto le permitirían desarrollar el tipo de juego "intenso" que anunció, sino también para evitar los reconocidos bajones que la U ha sufrido durante toda esta temporada en los segundos tiempos.

Por eso es que el DT venezolano trajo consigo, y empoderó, al preparador físico Joseph Cañas, uno de los expertos más reconocidos en la materia en Venezuela y quien venía de trabajar con él en la Selección Vinotinto.

Activación total

Pese a que Cañas fue el último integrante del cuerpo técnico que pudo llegar a Chile, desde la semana pasada se puso manos a la obra de inmediato. Tras tener libre el lunes 23 de noviembre, el PF comenzó al día siguiente con un exigente régimen, que parte incluso antes de los entrenamientos formales.

A eso de las 9:30, todos los días Cañas somete al plantel a una especie de "calentamiento", que incluye liberación miofascial, activación glútea, de aductores y de la zona media, antes de la calistenia más normal sobre pasto. Todo dentro de una tienda que el club adaptó especialmente para él en el Centro Deportivo Azul, y que tiene como objetivo tener a los jugadores a punto para los requisito tácticas de Dudamel.

"El profe Cañas trabaja muy bien, nos está poniendo físicamente bien, con trabajitos que parece que no, pero que son muy intensos", agregó Espinoza ayer, entre risas y cansancio.

Aquí trabaja el profe Cañas

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