El volante de la Universidad de Chile, Pablo Aránguiz, fue uno de los jugadores más destacados en el repunte futbolístico de la U desde fin del torneo pasado hasta lo que se alcanzó a jugar este 2020. Aránguiz, habló sobre su presente, sus objetivos en el mediano plazo y cómo ha pasado la cuarentena entrenando a la distancia con el plantel universitario. "Desde el club nos mandaron implementos para mantenernos en forma. Entreno vía Zoom con el equipo y después de almuerzo quedo liberado. Me entretengo con mis hijos y aprovecho estar con la familia, porque una vez que vuelva el fútbol, tenemos que dedicarle todo nuestro tiempo. Hay que viajar y eso conlleva estar varios días fuera de la casa. Así que trato de aprovechar al máximo la familia. También jugando PlayStation con mis amigos", inició relatando el volante en entrevista con la fundación Ganémosle a la Calle. En la línea de su quehacer cotidiano, Aránguiz comentó que no es mucho de ver fútbol y que se dedica principalmente a observar a los futbolistas que se desempeñan en su misma posición. "Estoy preocupado de otras cosas. A veces cuando agarro la tele y me pillo uno, lo veo. Más que nada me dedico a ver a los jugadores que juegan en mi posición, como a David Silva y Paulo Dybala. Pero mi ídolos son Juan Román Riquelme y el Jorge "Mago" Valdivia". En relación a sus inicios en el deporte rey, el volante azul contó que de pequeño "era muy arrebatado e impulsivo, explotaba muy rápido". Pero que gracias a sus técnicos logró encarrilarse, "especialmente gracias a el profe Pedro "Heidi" González, al que le estoy muy agradecido". La Selección, ha sido una constante en la carrera de Aránguiz que poco a poco se gana su espacio en La Roja adulta. Sin embargo, y pese a que formó parte de todo el proceso previo, quedó fuera de la convocatoria para el Sudamericano Sub 20 de Ecuador en 2017, cuestión que fue uno de los momentos "más difíciles" que le ha tocado vivir. "No sé si fue decepción, pero me tocó quedar fuera del Sudamericano Sub 20. No asumía que quedaba afuera. Había sido partícipe de todo el proceso. Me causó bastante pena, pero sabía que mi revancha estaba a la vuelta de la esquina. Ahí llegó Martín (Palermo) y me permitió dar el salto. Jugué Copa Libertadores y casi todo el torneo". "(Charles) Es un jugador al que admiro, al igual que a toda la Generación Dorada. Pero no me gustan las comparaciones. Yo juego en una posición más ofensiva y Charles, es Charles. Me gusta su intensidad, su humildad. Es el que menos habla y dentro de la cancha es un monstruo. Me gustaría disfrutarlo por muchos años más, a todos. En lo personal no me gustan las comparaciones, pero si a la gente le gusta, no hay problema. Él es un grande y lo admiro bastante". Y agregó: "Sabemos que no los tendremos toda la vida y nosotros los más chicos tenemos que ir de a poco ganándonos nuestro espacio, partiendo por nuestros clubes. Pero me siento capacitado. Tengo que hacer las cosas bien en la U y si me toca estar, tendré que demostrar".