Matías Walker anuncia el fin de la ANFP y advierte a Azul Azul: “No vamos a permitir que...”

El senador, miembro de la Comisión de Deportes, adelantó detalles de la nueva legislación que afectará al fútbol chileno.

Matías Walker. Advirtió a la ANFP y Azul Azul.

El fútbol chileno está en medio de una reestructuración que va más allá de la cancha. En ese contexto, el senador Matías Walker —integrante de la Comisión de Deportes— conversó con En Cancha para detallar los avances del nuevo proyecto de ley que busca modificar la gobernanza del fútbol profesional en el país.

La iniciativa, que ya se discute en la Comisión de Constitución, apunta directo al corazón del modelo actual: multipropiedad, cuestionamientos sobre los dueños y falta de control efectivo por parte del Estado.

En el centro de esta discusión está la creación de una nueva Liga Deportiva Profesional, separada de la Federación y fiscalizada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Un cambio estructural que, de aprobarse, pondrá fin al modelo vigente representado por la ANFP.

—Antes de esta conversación, me comentó que estaba en reunión con el Ministerio del Deporte por el proyecto que se está tramitando. ¿En qué está ese avance?

Estamos avanzando todas las semanas. El proyecto sigue con su urgencia y esta semana seguimos votándolo en la Comisión de Constitución. Tenemos reuniones de coordinación con los asesores legislativos del Mindep y los senadores de la comisión, lo que nos ha permitido avanzar gracias a acuerdos importantes. Ya entramos en tierra derecha.

—¿Qué se votó esta semana?

Definimos la figura de Liga Deportiva Profesional, separada de las federaciones. También se votó que el IND pueda ser notificado de traspasos de propiedad en clubes y organizaciones deportivas, con el fin de iniciar procesos sancionatorios si se vulneran las prohibiciones establecidas en la nueva ley. Estamos optimistas.

—¿Realmente cree que este proyecto se aprobará, considerando la presión y el lobby?

Sí, no tengo dudas. El proyecto apunta a terminar con conflictos de interés, multipropiedad, representantes que participan en la administración de clubes, y a transparentar quiénes son los dueños reales. También establece la separación entre Federación y liga profesional. La actual ANFP desaparecerá y será reemplazada por una liga fiscalizada por la CMF. Todo eso será respetado.

—¿Ha habido algún tipo de presión o apoyo desde los clubes?

En lo personal, he conversado con varios presidentes y todos coinciden en que la situación actual ya no da para más. Hay conciencia de que la gobernanza del fútbol tocó fondo. Y eso repercute en lo deportivo: estamos fuera del Mundial pese a tener más cupos que nunca. Lo que pasa fuera de la cancha influye directamente en lo que ocurre dentro.

—¿Y siente que hay apoyo dentro del fútbol hacia este proyecto?

Sí. Además, esto va en línea con recomendaciones de FIFA. El fútbol chileno debió hacer estos cambios por sí solo, pero no lo hizo. Y como hay recursos públicos involucrados, el Estado tiene el deber de regular.

ANFP

¿La Casa de Estudios tendrá poder en Universidad de Chile?

Más allá de los nombres y las formas, el debate también ha tocado una fibra sensible para la hinchada de Universidad de Chile. Se cuestiona el rol de la Casa de Estudios frente a la administración del club y la posibilidad de recuperar algún grado de control institucional.

Walker no rehúye el tema. Reconoce la preocupación de la comunidad universitaria y de su rectora, Rosa Devés, frente a la poca claridad sobre la propiedad real de Azul Azul. Y en esa línea, detalla las indicaciones que presentó para asegurar que las casas de estudio puedan participar de esta nueva estructura a través de fondos deportivos, dejando abierta la puerta a un eventual retorno de la U a su origen.

—Anteriormente, mencionó una indicación para que universidades puedan participar de esta nueva liga a través de fondos de deporte. ¿Puede profundizar?

Sí. Presentamos una indicación recogiendo la preocupación de la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés. Hay inquietud por la poca claridad sobre quiénes controlan Azul Azul, fondo propietario de la concesión del club. La universidad tiene un legítimo derecho a proteger su nombre. Esta indicación —que esperamos votar pronto— deja a salvo la posibilidad de que universidades participen en la nueva liga a través de un fondo de deporte profesional.

Foto: @udechile
Azul Azul.Foto: @udechile

—¿Y qué implicancia tendría que la Universidad de Chile volviera a tener un rol directo en el club?

El contrato de concesión terminará en algún momento. Y como legisladores, debemos prever todos los escenarios. Muchos hinchas reclaman no saber quiénes son los verdaderos dueños. Por eso también propusimos una indicación que obliga a transparentar los beneficiarios finales. Si se falsea esa información, se podrá iniciar un proceso sancionatorio e incluso penal. Todo esto apunta a que, si una concesionaria incumple, la universidad tenga la opción de recuperar el club.

—¿Qué opinión tiene sobre la figura de Michael Clark y la gestión de Sartor en estos años en Azul Azul?

Prefiero no personalizar. Las leyes son abstractas y generales. Pero el legislador no puede cerrar los ojos a la realidad. Ha habido fiscalización de la CMF sobre este fondo de inversión. Si estos fondos se usan para ocultar a los verdaderos dueños, eso debe ser abordado legalmente.

—En caso de que hubiera sanciones a Sartor o a Clark, ¿existe un mecanismo concreto para que la universidad recupere el club?

Ese mecanismo lo deberá definir la futura liga profesional, que será una sociedad anónima sujeta a fiscalización de la CMF. Pero lo importante es que por ley estamos dejando abierta esa posibilidad, para que si una concesionaria es sancionada e inhabilitada, no sean los hinchas ni la comunidad universitaria los que paguen los costos.

—¿Ha tenido algún contacto con Azul Azul por este tema?

No, no he tenido contacto directo con sus dirigentes ni me han planteado ninguna inquietud. Sí recogimos públicamente la preocupación de la rectora Devés, y por eso presentamos la indicación.

—¿Siente que la Universidad de Chile, como Casa de Estudios, está genuinamente preocupada? Desde lo económico, se ven altamente beneficiados...

No se trata de dinero. Se trata de defender el proyecto deportivo, el nombre, el patrimonio y la historia de la Universidad de Chile. Lo mismo aplica a otras instituciones como la UC o la Universidad de Concepción. Las concesionarias pasan, pero las instituciones quedan. Lo importante es que estas concesionarias transparenten quiénes son sus dueños y que no estén involucradas en conflictos de interés o sancionadas por la CMF.

—¿Ve posible que, en un escenario extremo, el club deba cambiar de nombre?

No. Universidad de Chile es una institución con historia y tradición, parte fundamental del deporte chileno. Pero debemos estar preparados para todo. Incluso los abogados y directivos de la Universidad han manifestado públicamente su inquietud por el alcance que podría tener una sanción de la CMF. Y la fiscalización ocurre no por ser una sociedad anónima, sino porque es un fondo de inversión que hace oferta pública de valores.

—¿Qué mensaje le deja a los hinchas de la U, que quieren ver al club nuevamente bajo el alero de la Universidad o al menos que mejore la gestión actual?

Que no vamos a permitir que una concesionaria termine con el patrimonio deportivo de una universidad. Vamos a resguardar esa historia, ese nombre y ese legado que representa a cientos de miles de personas.