Universidad de Chile pretende dar pasos agigantados en la conformación de su plantel durante esta semana. Los azules ya aseguraron el arribo de Esteban Matus y esperan por Eduardo Vargas.
Turboman, que ha sostenido una negociación con encuentros y desencuentros con la dirigencia estudiantil, está a una firma de concretar su regreso al Centro Deportivo Azul.
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Un regreso dilatado hasta el último minuto
Desde su partida en 2011, el regreso de Eduardo Vargas siempre ha sido soñado por los hinchas de la U. La primera posibilidad real llegó a finales de 2022, cuando desde Azul Azul sondearon la posibilidad de repatriar al delantero de cara a la temporada 2023.
Aquella vez el portazo llegó por parte de Vargas, quien aseguró que todavía “le quedaban energías para seguir peleando cosas importantes con Atlético Mineiro”.
Michael Clark volvería a la carga en 2024. Sin embargo, la respuesta fue la misma, Vargas quería cumplir su contrato -que expiraba a finales de ese año- con el Galo y además buscaba permanecer en Brasil por motivos personales.
Luego de una temporada donde fue suplente, el renquino tuvo un rol importante en la campaña, donde su equipo llegó hasta la final de la Copa Libertadores, instancia donde marcó un gol.
Vargas no renovó, y en la U tenían el presupuesto listo para cerrar su llegada con bombos y platillos a principios de este año. Sin embargo, Vargas se excusó buscando nuevos horizontes para firmar por Nacional.
Tras un desastroso paso por el Bolso, la Operación Retorno se reactivó. En primera instancia, en la U tenían un acuerdo con Turboman, pero las negociaciones comenzaron a dilatarse más de la cuenta por temas contractuales.
Al mismo tiempo, Vargas viajó a Chile y regresó a Uruguay sin dar señales de un eventual acuerdo. Turboman volvió a entrenar con el equipo uruguayo, y hasta se daba por caído cualquier acercamiento entre el delantero y la U.
El camino se allanó en los últimos días. Uno de los puntos fundamentales tenía que ver con el acuerdo de Vargas y Nacional para rescindir su contrato, esto debido a que el ariete buscaba recibir una cifra importante para dar por terminado el vínculo.
Por el lado de la U, la venta de Matías Sepúlveda facilitó muchas cosas en lo económico, y también a la hora de mejorar la relación con la agencia de representación que maneja la carrera de ambos futbolistas.
De esta forma, la teleserie de los últimos dos meses se arregló en cosa de horas, y Vargas ya tiene un acuerdo verbal para retornar a Universidad de Chile tras 14 años jugando en el extranjero.
¿Quién cedió para llegar a un acuerdo?
Uno de los puntos de controversia entre ambas partes fue el salario del Vargas. En Uruguay, el delantero percibía aproximadamente 150 millones de pesos al mes, una cifra inalcanzable para cualquier equipo nacional.
En primer momento, la U propuso un sueldo con cláusulas de minutaje y bonos que no gustaron en el entorno del jugador. Para ellos, Turboman no tenía nada que demostrar en su segundo periplo en el cuadro azul.
Lentamente, y con varias diferencias en el camino, llegaron a un entendimiento en materia económica, involucrando una seria reducción de sueldo considerando lo que ganaba Vargas en Nacional.
Por su parte, en la U también cedieron, y según información de este medio, no hay cláusulas involucradas en su contrato, que tendrá vigencia hasta diciembre de 2026.
Ahora, aunque hay un acuerdo, restan por definir un par de detalles formales que se deberán finiquitar cuando llegue a Chile, como por ejemplo, el resultado de sus exámenes médicos.
Con eso encaminado, se espera que esta semana Eduardo Vargas sea presentado como nuevo refuerzo de Universidad de Chile y se sumará a la disciplina de Gustavo Álvarez, que considerando que el jugador viene entrenando, podría contemplarlo para el compromiso ante Unión La Calera del próximo lunes.