Universidad de Chile vive un momento complejo. Tras la derrota 3-1 ante Audax Italiano, el equipo de Gustavo Álvarez quedó a nueve puntos del líder Coquimbo Unido y vio cómo se complica el principal objetivo del año: volver a ser campeón después de ocho temporadas.
La presión aumenta, porque el torneo local se escapa y la Copa Sudamericana aparece como la salvación para no cerrar el 2025 en medio de un fracaso deportivo.
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El contrato de Álvarez en la U: ¿acierto o error?
En ese escenario, la decisión que podría costarle caro a los azules no se relaciona con la táctica ni con los rendimientos individuales, sino con una apuesta institucional que hoy genera debate.
A principios de temporada, la dirigencia selló la renovación de Gustavo Álvarez hasta fines de 2026. El vínculo se extendió después de un positivo 2024, cuando el técnico argentino conquistó la Copa Chile y dejó al equipo en el segundo puesto del torneo, además de devolverlo a torneos internacionales.
La apuesta parecía segura. Hoy, sin embargo, esa extensión se transforma en un problema en caso de que los laicos no cumplan sus objetivos en el tramo final de la temporada.
Si Universidad de Chile decidiera despedir al entrenador, debería pagarle un año completo de contrato, una cifra elevada en el presupuesto azul.
Ese blindaje complica las decisiones inmediatas, porque el costo económico obliga a la directiva a estirar la paciencia en medio de la presión deportiva y de los hinchas en un año de dulce y agraz.
“Soy el encargado de devolverle una identidad al equipo”, reconoció Álvarez tras la derrota frente a Audax, asumiendo la responsabilidad por el rendimiento irregular de un plantel que no logra meterle presión a los Piratas.
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La U mira de reojo a Macul
El caso encuentra un espejo cercano en Colo Colo. A inicios de 2025, el Cacique también decidió prolongar el contrato de Jorge Almirón después de una campaña positiva.
Sin embargo, a mitad de la temporada el técnico perdió respaldo y los resultados lo pusieron contra las cuerdas. Aun así, el alto costo de la indemnización frenó su salida por varios meses, desgastando su relación con la hinchada y con parte del plantel. En la U temen repetir esa historia.
Álvarez, consciente del escenario, ha elevado el tono en sus declaraciones. “Imposible que este club esté nueve años sin salir campeón.Hay que hacer las cosas bien de una vez por todas", señaló este domingo.
No es primera vez que Álvarez remarca la sequía histórica que persigue a los azules. En su última intervención fue aún más categórico: “Sigo sosteniendo que es mi obligación salir campeón con este club.No puede estar nueve años sin salir campeón Universidad de Chile. Imposible".

La U ya no tiene margen de error
La situación es doblemente delicada porque Universidad de Chile depende en gran medida de la Sudamericana para maquillar el año. Los de Álvarez enfrentarán a Independiente en Avellaneda buscando avanzar a cuartos de final, sabiendo que un traspié internacional puede detonar una crisis mayor.
Al mismo tiempo, la distancia con Coquimbo Unido en el torneo los obliga a una campaña casi perfecta en la recta final para mantener vivas las opciones de título. Todo esto mientras el plantel sufre el desgaste de la campaña.
El calendario inmediato no entrega margen de error. Tras el duelo copero en Argentina, la U deberá afrontar el choque con Everton y el Superclásico, que podría transformarse en un punto de inflexión.
La dirigencia, mientras tanto, observa con cautela: renovar a Álvarez hasta 2026 parecía una decisión estratégica hace seis meses, pero hoy puede transformarse en una traba para el futuro azul.