A falta de dos fechas para el final de las Eliminatorias, Chile y Argentina tienen una sola cosa en común: ya no se juegan nada en la cancha. Mientras La Roja está fuera de todo, los trasandinos son campeones vigente del Mundial, ya están clasificados e incluso aseguraron con distancia el primer lugar de la tabla.
Sin embargo, a menos de un año del inicio de la cita en Estados Unidos, México y Canadá, una noticia amarga golpea a sus hinchas: por primera vez en 51 años, los partidos del torneo no serán transmitidos por televisión abierta en el país trasandino.
Una decisión histórica
El Gobierno de Javier Milei resolvió no adquirir los derechos de transmisión a través de la TV Pública. Según reveló el medio CORTA, una alta fuente del Ejecutivo confirmó que la decisión se enmarca en la política de reducir gastos en el canal estatal.
“No vamos a gastar 7 palos verdes en fútbol”, señaló el funcionario, en contacto directo con el presidente.
La medida marca un quiebre histórico. Desde 1974, la televisión pública había asegurado la emisión de cada Mundial, consolidándose como un espacio común para millones de argentinos.
El antecedente más cercano de tensión se vivió en septiembre de 2024, cuando la TV Pública no transmitió el partido de Eliminatorias entre Argentina y La Roja al no llegar a un acuerdo con los dueños de los derechos.
- Te podría interesar: Futbolista sudamericano pierde la vida tras accidente de tránsito en Ecuador

Polémica con el Gobierno argentino
La resolución también responde al proceso de auditoría que vive la estación televisiva estatal. En este contexto, la transmisión de eventos deportivos de gran envergadura ha quedado en entredicho, con el argumento de evitar un uso “político” de la señal y priorizar otros destinos presupuestarios.
“Hay varios tipos de derechos y esto no es una decisión política”, insistió el medio citado, reforzando que la negativa está ligada estrictamente al excesivo costo de 7 millones de dólares que implicaba asegurar la transmisión.
Por ahora, es una decisión irreversible, que condena a los argentinos a seguir el próximo Mundial en un canal diferente por primera vez en 51 años.