La guerra comercial entre la Unión Europea y China por el tema de los autos eléctricos suma un nuevo capítulo, dejando en claro que deberá pasar bastante agua bajo el puente para que la situación se normalice.
Hace unos meses, la entidad del Viejo Mundo tomó la decisión de aumentar los impuestos a la importación de vehículos de origen chino, situación que se ha visto replicada en Estados Unidos y Canadá.
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El objetivo tras esa decisión es nivelar la cancha y ofrecer precios más competitivos que los de los eléctricos chinos y así proteger a los fabricantes más tradicionales. Pero en China no están conformes y mediante un vocero del Ministerio de Comercio, anunciaron su oposición a las “prácticas proteccionistas, injustas e irrazonables de la UE”, además de recalcar que estas medidas “violan las reglas de la Organización Mundial de Comercio”.
La decisión de China
El vocero chino señaló que su país tomará las medidas necesarias para velar por los intereses y derechos de las empresas chinas.
Entre los planes considerados está el aumento de los aranceles de importación a vehículos lujosos de alta cilindrada, lo que complicaría a marcas europeas que han logrado altos índices de rentabilidad gracias al mercado chino, como Mercedes-Benz, Porsche y Ferrari, por nombrar algunos.
Según el Ministerio de Comercio de China, la medida es temporal y entrará en vigor a con un arancel que va del 30,6% al 39%.