Pablo Milad, el presidente de la ANFP, habló casi 15 minutos seguidos, una hora después que se decretara la derrota de Chile ante Argentina. Solo, como siempre, porque el resto del directorio no da la cara aunque sea tan responsable de la debacle como quien lo encabeza.
La palabra que más repitió Milad fue “estructura”, en una especie de análisis proyectivo que ejecutó frente a reporteros ávidos de “la” cuña rendidora, pero que careció de una autocrítica certera y de la necesaria profundidad que amerita el momento del fútbol chileno.
Si el presidente de la ANFP quería tranquilizar las aguas, sus comentarios no ayudaron a la causa. Hubo, en particular, una respuesta de Milad que a los clubes que lo tienen entre ceja y ceja por su gestión involutiva y la ausencia de liderazgo, les provocó indignación.
El impasse se generó cuando le preguntaron qué creía que opinaban los clubes de lo que estaba sucediendo con la Selección Nacional. “Ellos saben que es responsabilidad de todos. Que los clubes también son responsables. Yo soy responsable como presidente (…) Esto es un proceso, la Selección recibe los jugadores formados por los clubes y cada club sabe sus falencias. Yo, la verdad, es que podría decir que trajimos al técnico que era la mejor opción dentro del mercado. Un técnico con experiencia en selecciones. Lamentablemente no se dieron los resultados”.
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Los watsapp se activaron de inmediato. “Nos está culpando del fracaso. ¡Se pasó, Pablito! Cómo tan care’palo”, escribió un directivo que interpretó las palabras de Milad como “desesperadas”.
Lo notable, apuntan dos dirigentes desde regiones, es que el presidente de la ANFP habla de un proyecto formativo que, por lo que dicen, se ha discutido entre cuatro paredes y del que nadie sabe nada. Reconocen que Nicolás Córdova ha hecho un trabajo territorial digno de candidato en año eleccionario, con el propósito de tratar de unificar los criterios técnicos en las series menores, pero advierten que sin el correlato dirigencial es casi un saludo a la bandera.
“Falta la segunda patita: una competencia real a nivel nacional”, dice uno de ellos, quien recordó que se cansó de discutir con el ex gerente general de la ANFP Pablo Silva, para que autorizara el presupuesto que por lo menos asegurara en dos divisiones un torneo lo más parecido al campeonato adulto. “Pero no fue culpa de Silva tampoco. El Consejo de Presidentes se negó porque lo consideraba caro y Milad no tuvo el liderazgo para hacer valer su convicción”.
Los “legados” de Milad
El máximo dirigente, atosigado por las preguntas, tuvo varias sentencias incomprobables en aquel punto de prensa. La más llamativa: “Somos la Federación que más invierte en fútbol formativo de Sudamérica”.
Un exdirectivo conocedor del tema, que laboró en series menores hasta hace un par de años, comenta que “Pablo Milad se enreda cuando tiene que hablar, pero esa aseveración está fuera de toda realidad. Lo que disponen Brasil, Argentina, Ecuador y Colombia, solo en giras de sus selecciones, por ejemplo, está muy por arriba del gasto limitado que se hace en Chile”.
Capítulo aparte son los dos “caballitos de batalla” del timonel, que provocan hilaridad en la oposición, cuando quiere ejemplificar los avances de su gestión: “El gimnasio de 300 metros cuadrados” para el fútbol formativo y “el riego automático” instalado en las canchas de Quilín. A algunos presidentes de clubes, cada vez que Milad menciona uno de esos “legados”, los embarga un sentimiento de vergüenza ajena, si se toma en cuenta los miles de millones de pesos que ha administrado estos años en la ANFP y la Federación.
Un presidente que no asistió el jueves al Nacional, “porque me cansé de escuchar las mismas estupideces al final de los partidos”, dijo que Milad debe en algún momento transparentar “por qué no hizo nada por retener a Berizzo, y por qué terminó eligiendo a Gareca, aunque no contaba con el visaje del gerente de Selecciones”. La referencia es a propósito de la abrupta partida del ex seleccionador, quien confesaría antes de dejar Chile que nadie del directorio fue capaz de salir a respaldarlo con firmeza, cuando un sector de la hinchada cruzó los límites de las críticas y los insultos.
La noche del jueves, Milad afirmó que se había reunido para ‘bajar’ la preocupación de los ocho clubes que, según él, estaban inquietos por tres temas. “Uno era lo de la Federación con la ANFP, que explicamos todo el proceso en el Consejo. El otro era la división de gastos en el Fútbol Formativo. Y la otra era los conflictos con TNT, que estamos trabajando con ellos. Hicimos una exposición completa”, dijo.
La reunión a la que alude no fue presencial, “salvo que se haya juntado con los clubes equivocados”, expresa socarronamente un presidente. Colectiva, asegura otro dirigente, tampoco. No ha habido una instancia de reunión, desde aquel Consejo de Presidentes en que se empezaron a escuchar “ruidos de sables”. Fuentes al interior de la ANFP comentan que lo más probable es que se hayan generado contactos telefónicos posteriores, pero apuntan que Milad, en Quilín, esta semana que termina, no se ha reunido con ocho clubes.
Las chapucerías del presidente
La fraseología de Milad es muy básica, eso no se discute. Pero si tuviera una dosis de realismo, por lo menos podría justificarse. Aunque no es así. Para muestra, un botón: “Lo que uno sí tiene que dejar cuando pasa por la ANFP es una estructura ordenada, con cuerpos técnicos, con infraestructura, con diferentes variables positivas que puedan mejorar el fútbol chileno”, manifestó el jueves.
En los círculos de la oposición se crispan con tanta afirmación gratuita y genérica. “¿Estructura ordenada? Hay cuatro gerencia vacantes. ¿Cuerpos técnicos? Nadie sabe qué va a pasar con Gareca si pierde el martes o si a Córdova le va mal en el Mundial Sub 20. ¿Infraestructura? Quilín existe desde el siglo pasado y Pinto Durán es todavía más viejo y una vergüenza al lado de los complejos de cualquier Selección sudamericana, salvo Bolivia. Porque los estadios donde jugamos pertenecen a unos pocos clubes o al Estado. ¿Variables positivas? Tres eliminaciones consecutivas, un fútbol secuestrado por la violencia y supeditado al arbitrio de la policía, los clubes sin renovación de jugadores ni de hinchas jóvenes, los campeonatos llenos de partidos suspendidos y descensos por secretaría... ¿sigo?”, enumera un empresario que va a pensar si se “larga del ambiente futbolero” a fines de temporada.
Otro dato que lanzó Milad fue el de una “ANFP ordenada económicamente”. Según dijo esa noche el titular del organismo, “hace 16 años la ANFP no tenía un patrimonio positivo, hoy tiene uno de más de 9 mil millones de pesos”.
La cifra depende de cómo se quiera mirar, enfatizan. La ANFP recibió 6.500 millones de pesos de la Tesorería por concepto de devolución de impuestos e intereses, asociados a la organización de la Copa América 2015. “Pero eso no es resultado de una gestión eficiente y planeada de este directorio, sino que de una demanda a Tesorería originada hace años, y a Pablo se lo hicimos saber en su momento”, retruca un personero de Primera B, que agrega que también le reiteraron a Milad que les preocupa si la Justicia desestima la apelación al fallo del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago. Si el dictamen es desfavorable, la ANFP estaría obligada a pagar alrededor de 36 millones de dólares a Warner (propietario de TNT) por partidos no realizados por el estallido social y la pandemia.
“El directorio cree que todo se podría arreglar con una prolongación del contrato de televisión. No estamos seguros de que Warner acepte esa fórmula, pero si esa es la salida, esta mesa debería renunciar por haberse dejado convencer por Victoriano (Cerda) y (Juan) Tagle y recurrir a un juicio arbitral en lugar de ir a la conciliación”, sostiene el dirigente, que pone en duda que ese patrimonio de 9 mil millones de pesos no sea una entelequia contable.
Milad, un tipo querible, pero poco apto
“La relación con los clubes siempre ha sido muy fluida, muy cercana y de mucha confianza”, aseveró resueltamente Milad en los pasillos del Nacional.
La oposición a la gestión de este directorio está en formación, pero es aún dispersa, remarcan quienes se resisten a hacer pública su postura antagónica “hasta que no actuemos como cuerpo”.
El presidente de un club capitalino, con una voz más moderada, apunta que a corto plazo no hay una intención de defenestrar a Milad, y menos para que, si se llega a ir, se queden otros de la mesa (aunque la salida implique necesariamente una elección de directorio).
“En el Consejo de Presidentes hay dos grupos: los que queremos una liga inspirada en las desarrolladas y los que quieren mantener lo que ya tenemos. Los primeros, queremos una competencia más regulada, más eficiente, mejor comercializada; los otros, gastar lo menos posible”, resume.
La ausencia de esa visión animó a estos clubes a comenzar a articularse en un frente opositor informal, que se gesta al margen del Consejo de Presidentes, y cuya mayor coincidencia es que Milad -ni nadie del directorio- tiene el carácter para emprender un nuevo período.
Pero no quieren aprovecharse del desastre de las eliminatorias para posicionarse como un frente opositor, porque lo que sobra en los pasillos de Quilín por estos días es confusión. “Pablo es un tipo encantador, de verdad. Educado, amable, bien intencionado. Pero no es el líder que el fútbol chileno necesita para un nuevo ciclo”, coinciden.
Lo que deslizó Milad sobre la revisión para 2026 de la regla Sub 21 o la nueva estructura del fútbol formativo que está viendo la comisión ad hoc, no apacigua a los críticos. Es casi un tema anecdótico, otra chapucería más de una narrativa superficial.
Sí les hace sentido cuando el presidente de la ANFP habla de un proceso de 6 o 7 años para la renovación, porque inmediatamente recuerdan que a Milad le queda un año para que se cumpla “su proceso de 6 años”, y que los resultados son verdaderamente “nefastos”. Al anterior presidente, Sebastián Moreno, no le aguantaron “ni la mitad de las cagadas que se ha mandado Milad”, y apenas pudieron, lo bajaron, subraya el dirigente nortino.
Buscando un líder representativo
Hay un gran problema en esta incipiente oposición: aún no surge un líder representativo que se quiera hacer cargo del malestar creciente y que concentre el ideario. A César Villegas Mena, el controlador de Limache, lo miran con simpatía, porque si bien su voto cuenta y va al frente, consideran que le falta experiencia directiva y algo de ‘muñeca política’ para comandar un equipo.
Los clubes más afines a ejercer una oposición “dialogante” saben que para que el movimiento sea influyente se necesita la participación de Colo Colo y Universidad de Chile, dos concesionarias que con mucha dificultad fijan posturas en los Consejos de Presidentes, si es que asisten o se conectan remotamente. Tampoco los ven como para que operen como puntas de lanzas, pero sí para exhibir credenciales en una lista para la futura campaña.
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Sin embargo, la interna de Colo Colo y la U está tan “líquida” que ninguno de los personeros consultados admite haberlos tanteado para medir sensibilidades. “ByN y Azul Azul viven en sus propios mundos. No es como era antes, que llevaban el pandero. Hoy son socios poco participativos, no se les ve muy preocupados del día a día, salvo por los aportes de la televisión. Sabemos que sus apoyos son determinantes en una elección, pero estos dirigentes suelen fijar su posición una vez que los bloques se hayan decantado”, dice un directivo con algo de experiencia en procesos eleccionarios.
A Universidad Católica se la deja fuera, porque la zigzagueante línea de gestos y declaraciones de estos últimos meses de Juan Tagle, presidente de Cruzados SADP, los tiene un tanto desconcertados y hasta sospechan de alguna oculta ambición de poder, pese a que el propio Tagle ha dicho que con Católica tiene más que suficiente trabajo.
Hasta el viernes, las invitaciones a los presidentes de clubes para subirse al charter a La Paz tenían poquísima aceptación. Puede ser algo coyuntural. La altura por cierto que afecta y el viaje a Bolivia no es particularmente grato para ir a hacer shopping. La molestia con Milad, por querer traspasarle a los clubes un grado de responsabilidad en el fracaso, cayó mal. No porque el presidente de la ANFP no tuviera algún grado de razón en sus declaraciones, sino porque era innecesario remarcarlo una hora y media después de quedar prácticamente eliminados de un Mundial por tercera vez.
“Se pudo haber quedado callado ahí, como lo hizo durante tanto tiempo en tantos otros temas, como la multipropiedad o los representantes en los clubes. Quizás fue una devuelta de mano con los ‘díscolos’. Quizás se siente amenazado. Él sabrá por qué lo habrá dicho”, infiere un directivo que este martes, dice, tomará palco después del partido para ver con qué sorprende Milad.