Al ingresar a su silenciosa consulta del barrio El Golf, para la entrevista con EnCancha Prime, León Cohen (73) se apura en encender su computador y buscar el video de su elástico manotazo a un balón que se colaba casi pegado al travesaño. A mano cambiada, para mayor abundamiento.
La estirada la hizo unos meses atrás en defensa de la camiseta de su vida, Universidad de Chile, durante uno de los tantos partidos que semana a semana juega el equipo de futbolistas jubilados de la U en el CDA, donde junto a sus compañeros desmenuza el pasar azul y el presente del fútbol nacional. Un ‘paciente’ al que si Cohen tuviera que psicoanalizar, con alta probabilidad lo dejaría insomne.
-¿Hay algo de lo que pueda alegrarse la siquis colectiva del hincha con el actual estado del fútbol chileno?
Tenemos que alegrarnos que el fútbol chileno todavía exista, más allá del éxito de los equipos, de la calidad de la infraestructura de cada club, de la calidad de los jugadores y de la pobreza de la dirigencia, incluso a nivel moral, como fue el caso de (Sergio) Jadue. Y también a pesar del duelo, como es el alejamiento de la generación dorada, que tuvimos la suerte de haberla visto ganar dos copas América y de ver su espectacularidad. Pasa también con la gente que se sintió afortunada de presenciar al equipo del ’62 que salió tercero en el Mundial. Pero todo cambia, todo se va perdiendo, uno se va poniendo viejo y, por lo menos, seguimos gozando con que el fútbol exista.
-¿Para el estado emocional del hincha de la Selección es muy duro asumir la evolución de sentirse ganador y que sus ídolos sean objeto de admiración a pasar, en menos de una década, a ser perdedor y que sus héroes sean humillados, además por rivales que históricamente fueron inferiores?
Fuimos muy felices, pero eso fue algo tan especial como excepcional. No somos argentinos, no somos brasileños. Ni siquiera somos uruguayos o colombianos, que tienen historias donde los triunfos y las formas de jugar bien son más habituales. El hecho de que hayamos tenido a esa generación es parte de la historia; hoy estamos en la parte baja de la curva, tocando fondo quizás, peor de lo que fuimos, sin ser nunca brillantes. Yo lo entiendo como parte de la inercia del triunfador que toca fondo y que luego va a flotar en un mejor nivel. En concreto, no creo que lleguemos al Mundial, pero de mantenerse las condiciones de clasificación, sí quizás podamos hacerlo para el de 2030, porque no estaremos cayendo desde la cima, sino que estaremos más cerca de lo que siempre fuimos.
-¿Qué cree que le pasa por la cabeza al actual jugador de la Selección, heredero de una generación tan exitosa, pero que se sabe de menor calidad y que es incapaz de cumplir con las expectativas que los hinchas tienen de él?
Puede resultar muy traicionero y perjudicial vivir de las expectativas construidas o medidas por otros, en este caso, los hinchas. Si un actual jugador de la Selección vive por las expectativas creadas por un colega, digamos un colega de la generación dorada, está perdido. Ese jugador es lo que es, y solamente puede mejorar dentro de lo que él es, pero no para llegar a ser como ese otro, que es un ícono de la generación dorada. En otras palabras, Brayan Cortés es un muy buen arquero, pero nunca va a ser Claudio Bravo, por ejemplo. Si Cortés piensa que su objetivo es ser Bravo, va a fracasar. Mientras que si su meta es madurar y desarrollarse como el arquero que es, va a ser exitoso.
!["Si Cortés piensa que su objetivo es ser Bravo, va a fracasar", sostiene Cohen, al ejemplificar una de las vallas sicológicas del recambio generacional.](https://www.encancha.cl/resizer/v2/6BK4UYE52RBTJL3YUIY7O4GXPU.jpg?auth=e9820d7913e5c1bc864c293a2f5bad1d3f08ef6ebf50bc19a1a5eb96323be0dc&smart=true&width=1140&height=760&quality=70)
-¿Usted piensa que estos herederos de la generación dorada están tratando de imitar a estos íconos?
Partamos que no son herederos, porque el talento de los jugadores de la generación dorada no puede traspasarse, como ellos tampoco pueden sentirse herederos de los futbolistas de 1962.
-Bueno, pero algún tipo de transferencia emotiva o sicológica debe haber ¿no?
En el caso específico de la generación dorada lo que puede haber es un sentido de agradecimiento hacia el entrenador que tuvieron en la Sub 20, (José) Sulantay, un tipo fundamental. Déjeme que le diga algo: si pensamos en el desarrollo del fútbol chileno, hay que ver cómo hacemos para tener más Sulantay que buenos jugadores. Es como en la educación: ¡cómo hacemos para tener más buenos profesores que colegios con más computadores! Mientras no se observe la calidad de los entrenadores y no se vea que necesitamos gente de la calidad de Sulantay, el desarrollo de los futbolistas no va a funcionar.
-¿Su impresión como observador crítico es que los hinchas entienden que el actual grupo de jugadores de élite chilenos no va a conquistar ni la mitad de los logros de la generación dorada?
Lo que creo le deprime al hincha es ver que la generación joven no llega ni al diez por ciento de la generación dorada. La rabia que le da a la gente no es que no lleguen a ser como los Vidal, Alexis o Bravo, sino que en la Selección son demasiado malos, de manera tal que no son así ni en sus clubes. Les pesa la camiseta roja y, además, se suma el mal manejo grupal de los entrenadores. Sulantay era un maestro. Mire, me voy a poner como ejemplo. En 1971, yo fui el arquero titular de la Selección juvenil y mi entrenador fue Fernando Riera. Para mí, don Fernando fue una persona maravillosa, extraordinaria.
![Cohen afirma que el hincha está deprimido porque la generación joven no le llega ni a los talones a la generación dorada.](https://www.encancha.cl/resizer/v2/SVEA6I7BUZHJFOLDEQQQGWPBWU.jpg?auth=6290f7a1932ba7ffef3de200223006ce148dd5aedaf4166f1efbf2b1e27b2e52&smart=true&width=1140&height=760&quality=70)
“A Gareca no le creo”
-Pasemos entonces al ítem Ricardo Gareca. ¿Cómo lo ve desde su especialidad?
Es de los peores entrenadores que hemos tenido desde hace tiempo...
-¿No le agrada su estilo paternalista, perdonador quizás, pero no de líder motivacional como lo era Jorge Sampaoli?
Si hablamos que Gareca es paternalista, debe ser como esos padres que se van el lunes de la casa y aparecen el domingo. Yo lo percibo como un sujeto que saca la vuelta, es un tipo confuso, inconsistente. ¿Por qué está (Arturo) Vidal en la Selección, que me parece estupendo que esté? Gareca tuvo que hacer una renuncia personal y después tuvo que hacer una defensa patética por tener que incluir a Vidal. Nunca dijo ‘me equivoqué’ (por no nominarlo antes). Ese estilo confuso de Gareca se traduce en el entramado posicional de algunos jugadores, si me permite un comentario de ex futbolista. Por ejemplo, con (Darío) Osorio, a quien conozco bien desde cadete, es un buen muchacho, muy tímido, que en la Selección juega pegado a la línea, perdido, y que por sus características no se atrevía a tomar mucha iniciativa entre medio de toda esos compañeros. Ahí hay un juego de entrenador. Todo lo que ha cambiado Gareca, Vidal incluido, lo ha hecho presionado por las circunstancias.
-¿Cómo define el liderazgo de Gareca? Porque la confusión es una característica, no un estilo.
Entonces es peor aún, demuestra que no hay un estilo. Uno lo escucha a Gareca, y en mi radar de siquiatra y de psicoanalista, yo no le creo. Para justificar un funcionamiento, habla de una manera superficial. Lo que dice no tiene sustancia. Si tuviera algo más de encanto personal, lo invitaría a que fuera parlamentario. Pero yo ‘autorizo’ a los políticos a ser así, no a un entrenador de la Selección.
-Y a partir de su interpretación del relato de Gareca, ¿piensa que los jugadores le creen?
Yo creo que los jugadores no lo entienden, y creo que Vidal no lo respeta; y en la Selección puede pasar lo que sucede en algunos equipos, que finalmente un tipo como Vidal es el que dirige al equipo. Me imagino a los jugadores entrando al camarín y viendo a Vidal, con toda su calidad e historia de vida, porque es una persona que lleva algo de autodestructivo, pero que cuando entra a la cancha es alguien que inspira un total respeto. Gareca es el peor seleccionador de los últimos que hemos tenido.
![Para el psiquiatra León Cohen, la imagen que exhibió Ricardo Gareca en el triunfo de la Selección no transmite satisfacción ni felicidad, pese al marcador favorable.](https://www.encancha.cl/resizer/v2/QVIZ2WTC3FF2XCLX4J7O4AUQOE.jpg?auth=7abf328fe6efc04bd229122313ecb1dcf031b72616eafd49e1d7529be9417639&smart=true&width=1140&height=760&quality=70)
-Evidentemente no seguiría en la Selección si de usted dependiera.
Gareca nunca va a decir ‘fracasé, me voy’, porque hay millones de dólares a los que renunciaría. Sampaoli, que como persona dejaba mucho que desear, impuso un estilo con su filosofía de ‘juguemos como amateurs’. Además que tuvo la suerte de encontrarse con un grupo de jugadores casi en la cúspide de sus carreras y tener una base sacada de la U.
-No es una comparación justa la de Gareca y Sampaoli a partir del material humano con el que contaban.
Si escuchamos a (Eduardo) Berizzo o (Martín) Lasarte, tiene sentido lo que hablaban. Fueron correctos, consistentes. Las palabras de Gareca están llenas de adornos. Incluso en lo gestual, vi el partido de Chile y Venezuela, y su gesto era de amargura, aun con los goles chilenos. Me pareció extraño, como si quisiera no ganar, para irse pronto, con la plata por supuesto.
-Su opinión de Gareca es en toda dimensión negativa, veo.
No digo que sea un tipo incorrecto o deshonesto, pero en el fútbol la vida de los negocios es así. Pero me extrañó mucho que en los goles de Chile su expresión fuera triste. Porque la mayoría de los hinchas, que sabían que el triunfo no sirve para nada, estaban felices porque estaba ocurriendo algo que no ocurría hace tiempo.
Democracia y autoritarismo
-¿Cómo analiza la personalidad de Pablo Milad en su función de presidente del fútbol chileno?
Es una persona que necesita la pega. Ni siquiera tiene el encanto de (Sergio) Jadue, que nos engañó a todos, se llevó la plata, que es un delincuente, pero que tuvo resultados deportivos. Robó, pero no tanto como otros en el continente. Podríamos analizarlo, pero no es el caso. Pablo Milad es como un funcionario que responde a los intereses de los grupos de poder; está lejos de otros presidentes antiguos del fútbol, como Abel Alonso, Ricardo Abumohor o el mismo Reinaldo Sánchez, que son íconos, empresarios que tenían experiencias en clubes y dominaron el cargo. Desde mi visión profesional, una agrupación necesita de alguien que se haga cargo, que infunda autoridad y Milad aparece como irrelevante. Es una analogía que podría hacerse a nivel país, también.
-¿No tiene la impresión que para administrar el fútbol chileno pareciera que se necesita más de caudillos autoritarios que de líderes democráticos?
El líder como tal puede ser elegido democráticamente, pero tiene que plantearse autoritariamente. Lo llevo a nuestra historia política reciente: Ricardo Lagos ganó una elección popular, pero su presencia era autoritaria. Por lo que uno ve en el fútbol chileno no hay nadie que sea elegido por los clubes, y que después pueda plantarse ante ellos o ante la Conmebol. Requiere tener personalidad ser así, responde a una lógica de que no me van a hacer daño si me temen. Milad no tiene esa personalidad.
![El psiquiatra sostiene que el hincha chileno despotrica y alega contra los dirigentes, pero que en el fondo sabe que nada puede hacer a nivel de la toma de decisiones.](https://www.encancha.cl/resizer/v2/LKD7GXGAYZAQ5NXPR4CVZQBKRY.jpg?auth=f1018f82132a106e21c89d90ab29be2635f139934d60bf17fd2d68debaa68bc1&smart=true&width=1140&height=760&quality=70)
-¿Cuál es su análisis de las señales que dan los presidentes de clubes en el sentido del vínculo emocional de los hinchas con el fútbol? La mayoría de los dirigentes figura poco públicamente, están cómodos pasando inadvertidos y tienen una actitud distante con los aficionados de sus clubes.
El hincha lo lamenta, alega, se enoja, despotrica, pero en definitiva sabe que no tiene nada que hacer. El periodismo deportivo también, sabe que puede resultar dañado si se pone muy en contra en términos de su acceso a la información, a las canchas, a lugares donde está el objeto de trabajo. En mi opinión, la mayor parte de los análisis deportivos son anecdóticos, y a los que intentan ser más duros, se les pasa la mano y terminan en cuestiones personales.
-Dada la situación general, campeonatos que se resuelven en los escritorios, Selección casi fuera del Mundial, poca transparencia en las propiedades de algunos clubes, baja calidad del espectáculo, por dar algunos ejemplos, una tesis legítima es que la salud mental del hincha no se derrumbó gracias a que Colo Colo y la U disputaron el título hasta el último minuto.
Por supuesto, el aficionado se entretuvo con el final, pero de un campeonato mediocre. El hincha del fútbol chileno sigue teniendo una mentalidad provinciana. Para poder enfocarse en lo que se hace mal en el fútbol hay que tener un nivel cultural diferente a la de un provinciano, digo, la de un campesino. Nuestra sociedad es muy pobre intelectualmente, y de ahí salen los hinchas, que además siguen mayoritariamente el fútbol por televisión, como entretención. Entonces, el campeonato de este año claro que fue entretenido.
-¿Y cómo este hincha “provinciano” frente a un fútbol mediocre o una Selección al borde de la eliminación manifiesta el duelo futbolístico?
Cambiando de canal.