- “Jamás vamos a tener jugadores como los ecuatorianos. No tenemos ese biotipo. Tampoco somos veloces ni atléticos. Si nuestro modelo va a ser ése, no vamos a salir nunca de la crisis. Debemos trabajar en un modelo de jugador chileno”.
- “El trabajo que encabeza Nicolás Córdova en las selecciones menores es muy bueno y, lo mejor, es que es convocante. Hoy, cualquier entrenador puede llamar y pedir observar el trabajo que se hace en todas las selecciones”.
- “Los entrenadores nacionales no conforman un gremio fuerte. El Sifup tiene inmediata opinión de lo que pasa en el fútbol chileno, pero los entrenadores no, son incapaces de generar un criterio uniforme para plantear soluciones”.
Braulio Leal (43) vive en Magallanes su debut como técnico de un primer equipo, después de jugar en Colo Colo, Vitória de Portugal, Everton, Audax Italiano, Unión Española, O’Higgins, Iquique, San Luis y el club que hoy dirige. En lo puntual, el entrenador analiza el presente de la Selección, lamenta la partida de Eduardo Berizzo y sostiene que Ricardo Gareca “no ha sido capaz de darle identidad al equipo”.
Pero su reflexión, en lo global, es mucho más profunda e inquietante. Leal expresa que en la crisis actual del fútbol chileno todos los estamentos son responsables y que falta liderazgo en todos ellos. “Para salir de este momento, incluso los hinchas deben dar su opinión”, señala.
“Hemos fallado casi en todo, pero para mí, lo que hizo la Sub 17 es una luz de esperanza. El trabajo que encabeza Nicolás Córdova en las selecciones menores es muy bueno y, lo mejor, es que es convocante. Hoy, cualquier entrenador puede llamar y pedir observar el trabajo que se hace en todas las selecciones. Tengo fe en lo que se está haciendo”.
-Siendo así, ¿usted está viendo entonces ya el famoso recambio?
Estoy viendo que se está trabajando en la forma correcta. Con un proceso. La Selección Sub 17 que se clasificó ahora al Mundial es la continuación de la Sub 15 que jugó un Sudamericano. O sea, se trabaja en forma continua, con ideas uniformes.
-Pero esta misma Sub 17 se desinfló en la segunda ronda. ¿No será exagerado hacerse tantas ilusiones?
Es que hay que ver las cosas de manera racional. Lo normal siempre ha sido que Chile, salvo excepciones, sea sexto o séptimo en selecciones menores a nivel sudamericano y este año, tanto la Sub 17 como la Sub 20 llegaron a las liguillas finales en sus torneos a nivel continental. A mí eso me da esperanzas y lo veo como fruto de lo que se está haciendo hoy.
-¿Cree entonces en que se puede aspirar a tener una nueva Generación Dorada?
Es que ése es problema: pensar en tener otra Generación Dorada. Y eso no se dará en mucho tiempo porque tener al mismo tiempo jugadores de tanto talento como Vidal, Medel, Aránguiz, Valdivia o Alexis, es algo que inusual, excepcional.

-Está bien. Es posible que eso sea cierto, pero sí se pueden tener planes para que la generación de jugadores no tarde tanto. Ahí está el caso de lo que está haciendo Ecuador…
Ahí está el otro problema que yo veo en esta discusión: compararnos con otras realidades. Por ejemplo, con los ecuatorianos, algo que está muy en boga hoy. Nosotros jamás vamos a tener jugadores como los ecuatorianos. No tenemos ese biotipo. Tampoco somos veloces ni atléticos. Si nuestro modelo va a ser ése, no vamos a salir nunca de la crisis. El tema es que debemos trabajar en un modelo de jugador chileno, de acuerdo a su realidad.
-¿Y cuál es la realidad del jugador chileno? ¿Existe un prototipo?
Nuestra misión como entrenadores es formar jugadores inteligentes, que sean capaces de entender el juego. Esa debe ser nuestra ventaja. No podemos ir al choque con los paraguayos, no podemos pensar en ganarle en velocidad a los ecuatorianos ni ser mejores técnicamente que los argentinos o brasileños. Pero sí podemos entender mejor el juego. Un jugador como Alexis Sánchez no pudo haber surgido si la meta era igualarnos a otras realidades. Alexis brilla porque es bueno, pero, además, entiende muy bien el juego.
Eduardo Berizzo y una injusta partida
-¿No cree que los seleccionadores adultos han retrasado en los últimos años la aparición de nuevas figuras por mantener a la Generación Dorada?
No, no creo. Un seleccionador adulto debe competir y, para eso, tiene que elegir a los que cree son los mejores. Un error grave que se ha planteado en los últimos años es exigirle a los seleccionadores adultos que le den cabida a jugadores más jóvenes que los de la Generación Dorada en los partidos por los puntos. Y no debe ser así. No es su pega. La alta competencia no es para probar.
-Más allá de ello, con o sin recambio, con o sin Generación Dorada, Chile está último en las eliminatorias. ¿Cuál es la razón?
Muchas, no se puede decir que haya un solo factor. Pero yo creo que se han tomado malas decisiones, como echar -o incentivarlo a renunciar- a Eduardo Berizzo.
-¿De verdad cree que fue un error? Era casi vox populi la exigencia de su partida...
Es que usted lo está diciendo: el medio fue el que presionó la salida de Berizzo y los dirigentes se dejaron influir.

-¿Qué mérito, según usted, había exhibido Berizzo en la Selección?
Yo, de verdad, le veía algo a la manera de jugar de la Selección, una idea. Es cierto que no se estaban consiguiendo los resultados esperados, pero sí, al menos, había una propuesta, una forma de jugar más o menos clara.
-¿Y hoy no la hay con Ricardo Gareca?
Creo que en los dos últimos partidos eliminatorios al menos vimos un esbozo, pero antes, sinceramente no.
-Si Chile no consigue buenos resultados en la próxima fecha eliminatoria, ¿debe irse Gareca?
No, debe terminar con lo que empezó.
La falta de liderazgo
-¿Estaba en sus planes ser entrenador de Magallanes este año?
Hice el recorrido lógico desde las series más grandes en las divisiones menores, es decir, no entrené a los más chicos porque no me siento un formador, sino que me gusta la competencia. Mi objetivo era saltar al primer equipo en algunos años, pero se dio ahora. No ha sido fácil porque los resultados no nos han acompañado, pero definitivamente es parte del trabajo que me gusta hacer. Amo el fútbol.
-El fútbol puede amarlo, pero el fútbol chileno está hoy en crisis. ¿Cómo lo enfrenta un entrenador joven? ¿Con pesimismo?
Con pena, porque es tanto lo que hay que corregir, son tantos los aspectos en que estamos al debe que aunque ya se empezara a hacer algo por revertir la situación, nos costaría mucho llegar a un nivel óptimo. Es difícil corregir todo en el corto plazo”.
-¿Cuáles son, según usted, las causas de esta crisis?
Es multifactorial, pero la podemos reducir en un concepto: falta de liderazgo.
-¿De la ANFP?
De la ANFP, por cierto, pero también eso pasa en todos los estamentos que de alguna forma componen el fútbol chileno, es decir, dirigentes, entrenadores, árbitros, jugadores, políticos...
-Son demasiados los co-responsables. ¿Se puede pensar realmente en que todos ellos se conformen como cuerpo?
Es que es la única forma. Alguien tiene que ser capaz de sentarlos todos a la mesa y generar una discusión amplia, con miradas distintas para, desde ahí, tomar decisiones. Incluso, yo incluiría ahí la voz de los hinchas, pero de los verdaderos, no de los que van a destruir a los estadios.
-¿Por qué los hinchas deben ser convocados, según usted?
Porque no podemos olvidar que esto es un negocio cuyo producto apunta a los clientes, que son los hinchas. Ellos son los consumidores y, por lo tanto, los que deben determinar qué aspiran a tener cuando pagan por el producto.

-¿Y cómo generaría usted esta participación de los hinchas? ¿Cómo lo seleccionaría para que opinen?
Una opción de participación masiva es hacer encuestas serias y bien trabajadas. Y si se quiere seleccionar, cada club puede elegir a sus hinchas, no a sus accionistas, que mejor los puedan representar. En varias instituciones hay clubes sociales todavía. De ahí deben salir sus representantes. Hay que hacer el esfuerzo, tirar ideas. Las crisis son siempre oportunidades de mejora.
Un gremio disperso y silencioso
-¿No cree que antes de generar grandes acuerdos debe haber un mínimo básico entre los propios estamentos?
Claro, por eso partí diciendo que la falta de liderazgo es la gran causa de esta crisis. Nadie convoca, nadie llama a plantear soluciones. Desde mi punto de vista, el primero que debe hacerlo es quien conduce la Federación, porque la crisis no sólo tiene que ver con el fútbol profesional, sino que también con las Selecciones nacionales y el fútbol amateur. Todo está mal.
-Los entrenadores nacionales, su gremio, brillan por su ausencia. No convocan ni generan debates. ¿No cree que ahí también hay un factor de la crisis?
Pese a que yo estoy recién entrando en este gremio y que no puedo hablar sobre lo que ha pasado, sí me atrevo a estar de acuerdo con ese análisis. Los entrenadores nacionales no conforman un gremio fuerte. Hoy hay divisiones entre el Colegio de Técnicos y otro organismo que agrupa a los que no son del Colegio, y ninguno tiene voz, como sí la ha logrado el gremio de los futbolistas. El Sifup tiene inmediata opinión de lo que pasa en el fútbol chileno, pero los entrenadores no, son incapaces de generar un criterio uniforme para plantear soluciones. Ningún entrenador chileno, salvo Manuel Pellegrini, quien tiene toda una carrera que lo avala, es capaz de decir lo que piensa y, eventualmente, convocar al resto.
-¿Eso es falta de capacidad o es individualismo y deseo de defender cada cual su parcelita?
Ambas cosas. El gremio de los DT chilenos es de egos grandes y, en general, invierte poco en su formación. Y eso se refleja en cómo actúa en estas instancias.
-¿Es deficiente la formación de entrenadores? ¿Es insuficiente lo que les aporta la INAF?
Yo soy formado en el INAF y puedo decir que lo que entrega son las herramientas básicas, lo que un entrenador requiere como para empezar su vida laboral. Pero por cierto que no es suficiente, uno como DT no puede quedarse con el título. Debe seguir progresando. Y que no me digan que se trata de plata...
-¿No se trata de plata?
No, se trata de voluntad. Hoy se puede obtener información muy fácilmente, existen cursos que no son caros. Yo he hecho ya un par de diplomados y de magister en gestión deportiva, en sicología deportiva. Y, por último, conversar con los colegas, con los más viejos y con los jóvenes también es una posibilidad de seguir aprendiendo. Todo suma.

-También se critica a los entrenadores nacionales que no se interesan en formar, sino que sólo apuntan a llegar a dirigir primeros equipos. ¿Es válida esa opinión?
En Chile hay muy buenos formadores, pero digamos las cosas como son: a los clubes, salvo algunas excepciones, no les interesa invertir en las divisiones menores y, por tanto, no pagan bien a los entrenadores. ¿Qué hacen, entonces? O se van a trabajar a un colegio o aspiran a ser DT de un primer equipo. No les dan opciones.
Una regla inútil
-Con este panorama, es fácil entender una arista de la crisis actual: la carencia de jugadores jóvenes de nivel...
Es que, como he dicho, todo está encadenado. No se saca nada con generar un interesante sistema de campeonatos en las divisiones menores -como lo hubo en los últimos años en Chile antes del cambio que se hizo este año- si los propios clubes no se preocupan de mantener el nivel de esos torneos, no sólo con profesionales de nivel y bien pagados, sino que también con infraestructura decente.
-¿No hay acaso reglamentos que imponen que se resguarde eso?
Los reglamentos existen y todos los clubes los firman. El problema es que no hay fiscalización. Nadie vela porque los reglamentos se cumplan. Yo, como DT de las menores de Magallanes, tuve que jugar partidos en canchas donde, por reglamento, no estaba permitido jugar. No eran aptas. Y nadie dijo nada, nadie castigó. Y también vi dirigir a entrenadores sin título y que lo hacían porque otro, con título, firmaba la planilla. ¿Usted cree que alguien fiscalizó eso? Y así el medio exige que salgan jugadores jóvenes por decenas cada año...”
-¿Usted apoya o rechaza la regla de los Sub 21 en los equipos de Primera División?
Estoy en contra porque es inútil. Yo leí una estadística que dice que cerca del 70 por ciento de los jugadores que son utilizados un año por esta regla, al siguiente, cuando ya no son dables de cumplirla, se quedan sin jugar. Ya han pasado los años suficientes para hacer una evaluación y ver si la regla ha tenido los efectos deseados. Yo creo que no.