- “A veces insistir con situaciones que uno tiene una visión y que otros tienen otra, y que generalmente están relacionadas con el resultado de una competencia... me parece más prudente que el tiempo las diluya para poder hacer un análisis mucho más frío, mucho más concreto, mucho más sincero”.
- “El hecho de haber conseguido la Copa América, de haber conseguido la China Cup, de haber jugado la final con Alemania en la Copa Confederaciones, de haber promovido algunos chicos que hoy juegan en la Selección, hace que el balance después de algún tiempo sea bueno”.
Juan Antonio Pizzi (56) refuerza su bajo perfil manteniendo el tono templado que lo ha caracterizado en una amplia proporción de su carrera como entrenador. Se nota en el ritmo que adquieren sus frases o en las pausas que se toma para hacer memoria de circunstancias que ya superan una década o de otras que pronto la cumplirán.
Desde Kuwait aceptó la invitación de En Cancha Prime a recordar y analizar un período de maduración técnica en Santiago Morning y Universidad Católica (ver otros links), y otro en el que, ya consolidado como entrenador, experimentó los contrastes de un éxito arrasador y de un fracaso tormentoso.
-Después de pasar por Argentina, México y España, aparece el desafío de Chile, que venía de ganar la Copa América 2015. ¿Qué análisis hiciste antes de de agarrar la Selección?
Yo tenía dentro de mi cuerpo técnico a un chileno, Manolo Suárez, que trabajaba conmigo y que fue un compañero importantísimo en esa etapa como entrenador, tanto en la Católica como en Valencia, León, Rosario Central, siempre estuvo conmigo. Lógicamente, él tenía mucho más conocimiento del sentir del chileno y además me iba pasando información sobre sobre las posibilidades que tenía. La vara era alta porque habían ganado la Copa América del 2015 que se hizo en Chile. Pero después de esa Copa América, la Selección empezó a tener una curva un poco descendente, que terminó con la salida de Jorge Sampaoli cuando perdió con Uruguay (noviembre 2015). Se notaba que iba a ser difícil revertir lo que se había conseguido, que era un logro sumamente importante, la Copa América. Yo estaba trabajando en León (México), analizamos bien la situación. Veía el nivel de jugadores que tenía Chile y creía que todavía tenían muchas posibilidades de rendir en el alto rendimiento. Me junto con la Federación y ahí tomo la decisión de agarrar, sabiendo que en la primera etapa el primer partido de la eliminatoria era en marzo de 2016, contra Argentina y después con Venezuela. Venía un parate de fecha FIFA después, porque jugábamos la Copa América Centenario. Primer partido contra Argentina, cambio de entrenador, primera derrota mía. Lógicamente que se empezó a generar un pesimismo muy grande, había muy poca credibilidad de volver a hacer lo que había sido el año anterior. Y vamos a Venezuela, donde siempre es difícil jugar eliminatorias por un montón de circunstancias, y hacemos un partido brillante. Ganamos 4 a 1, con un nivel muy alto de los jugadores. Eso apacigua un poco la crítica, genera nuevas expectativas. El próximo compromiso iba a ser ya la Copa América, así que salimos un poco fortalecido con ese triunfo.

-Y llegaste a la Copa América Centenario...
La Copa América es un torneo aparte. Creo haber visto al mejor Chile de los últimos 20 años en esa Copa América, fundamentalmente en un partido con México, pero también en un partido contra Colombia, y con un nivel también alto contra Argentina. Se dieron los resultados como uno aspiraba y conseguimos el título en Estados Unidos. Yo hubiese preferido que el rival en la final hubiese sido otro, pero bueno, me tocó enfrentar a Argentina.
- Más de esta entrevista: “A mí la palabra recambio nunca me gustó (...) Sí creo que hay que hacer una inclusión”
La reunión clave con el plantel
-¿Cómo fue el proceso de tomar una Selección que estaba en baja, por lo que dices, y en tan poco tiempo llegar a la cúspide de rendimiento? ¿Cuáles fueron los puntos fundamentales para llegar a ver a esa Selección campeona?
Cuando vamos a la Copa América hacemos antes dos partidos amistosos en Chile y no mostramos un nivel parecido al que uno podía aspirar con los jugadores que teníamos. Para colmo, el primer partido que nos toca en la Copa América es contra Argentina nuevamente. No hicimos un gran partido en ese inicio de Copa América. Después de ese partido nos tocaban Panamá y Bolivia. Contra Bolivia llevábamos bastante controlado el partido. Íbamos ganando cómodo, pero termina el partido medio ajustado. Vi que no había comodidad en el ambiente. Y ahí hicimos una reunión donde clarificamos un montón de cosas y nos comprometimos, el cuerpo técnico, los jugadores, todos los que participamos en esta reunión, a tener muchísima más humildad, muchísima más concentración, muchísima más dedicación. Y creo que a partir de ahí el equipo se pudo expresar como realmente uno creía que se podía expresar. Al partido siguiente le ganamos a Panamá, clasificamos, y nos toca contra México. Al ser la Copa América en Estados Unidos, como que jugaba de local porque era impresionante la cantidad de mexicanos que habían ido. Y con México hacemos un partido histórico desde lo táctico, desde lo individual, desde lo anímico, desde la seriedad con que enfrentamos ese partido. A partir de ahí, con ese respaldo que te da ese rendimiento, nos fue generando una confianza muy grande que, cuando en semifinales nos toca enfrentar a Colombia con un nivel altísimo, salimos a jugar el partido sabiendo que todas las posibilidades de ganar el partido iban a ser nuestras, porque el nivel nuestro era muy alto. Y, de hecho, así sucedió. El primer tiempo terminamos 2-0. Hubo un parate en el entretiempo por una tormenta bastante largo, como de dos horas, y cuando se volvió a jugar el segundo tiempo, ya estábamos bastante acomodados como para que Colombia nos pudiese superar. Así que bueno, llegamos a la final.
-Aquella charla en la cual marcaste varios aspectos y dijiste comprometámonos a tener más humildad ¿sentías que ese grupo, con tremendos jugadores, sabiendo que tenían tanta jerarquía, había algo que les hacía decir ‘con esto me alcanza‘?
Sí, totalmente. Yo digo que los jugadores top, son jugadores top cuando rinden y se dedican cien por ciento a ser top. No se puede ser un jugador top sin entregar el ciento por ciento de tus posibilidades. El nombre, los antecedentes, ni siquiera los compañeros, pueden hacer a un jugador top, si éste no entrega el ciento por ciento. Teníamos en esa Selección jugadores de primerísimo nivel. Y creo que cuando ellos estaban al nivel que mostraron en gran parte de su carrera, era muy difícil competir contra ellos, porque tenían ambición, tenían fortaleza física, tenían cualidades técnicas. Y bueno, tratamos de que volvieran a esto, que cada uno sintiera que tenía que esforzarse al ciento por ciento para ser jugador top. Y eso fue lo que hicieron, lo que creo que logramos y lo que por suerte pudimos mantener durante nuestro proceso en la Selección de Chile.

“No clasificamos por diferencia de gol”
-La final que Chile le gana a Argentina con Sampaoli hizo un poco de mella. Pero a partir de esa final de Copa América Centenario, la rivalidad hizo que incluso hasta el argentino medio tuviera ganas de ganarle a Chile. De hecho, Chile hoy está casi afuera del Mundial y el argentino hasta como que lo disfruta.
El fútbol es un deporte y a los profesionales nos toca a veces competir en situaciones complicadas por lo mismo, a veces representar a otro país. De hecho, los mayores representantes del fútbol argentino en cuanto a dirección técnica, dirigieron en otros países. Me refiero a Menotti, Bilardo, Passarella, Bielsa, Sampaoli, el Patón (Bauzá). Casi todos los que han estado trabajando en la Selección Argentina y han representado a Argentina, también han tenido la oportunidad de dirigir en otro lado. Sí creo que toda la situación de enfrentar a Argentina y Chile en una final, ganarla Chile y volver al año siguiente a lo mismo, generó una rivalidad que, si bien creo que existía anteriormente, nunca fue tan fuerte como puede ser ahora. Nosotros tuvimos mucho más enfrentamientos deportivos con Brasil o con el propio Uruguay, que con Chile. A partir de estos dos campeonatos de Copa América se empezó a generar un poco más, pero me parece que no tenemos que confundirlo con otros temas.
-Después de lo fue ese Chile en Copa América Centenario, ¿sientes que el plantel se relajó y pasó lo que pasó de cara a la clasificación de Rusia? ¿Qué explicación le encuentras, con la distancia del tiempo?
Nosotros no clasificamos al Mundial por diferencia de gol. Estuvimos muy cerca. Hubo sí algunas situaciones que en su momento se pusieron en tela de juicio sobre si la decisión había sido acertada o no. Tiene que ver con nuestra participación en la Copa Confederaciones que se hizo en Rusia, en el 2017, donde se especulaba que los jugadores necesitaban mayor descanso. En ese momento, de los jugadores que estaban en la Selección Chilena, la mayoría competía en Europa, en Champions y en Europa League, y tenían participación constante. O sea, la mayoría eran titulares de sus equipos en Europa y el nivel de desgaste que llevaban era bastante grande. La Copa Confederaciones se jugaba en junio, cuando terminaban los campeonatos en Europa. Hacemos el balance, me junto con los jugadores, les pregunto cómo estaban, para ver cómo se sentían. Y el ciento por ciento de los jugadores me dijo que se sentía bien y que quería participar de la Copa Confederaciones. A veces parece fácil decirlo desde afuera, pero para un futbolista tener la posibilidad de competir y de ganar campeonatos internacionales no es tan habitual. De hecho, la mayoría no los ganamos. Son muy pocos los que tienen esa suerte de competir para una Selección y ganar una competencia internacional. Bueno, acá se presentaba. Eran ocho selecciones, jugábamos en fase de grupo, semifinal y final. Nosotros le ganamos la semifinal a Portugal y nos toca la final con Alemania, y por un error individual nos meten un gol, perdemos 1 a 0. El nivel creo que fue bastante bueno en ese torneo. Pero se especula después de ese campeonato que los jugadores no tuvieron la recuperación o el descanso. Esto fue en julio y la primera eliminatoria no sé si fue a finales de agosto o principios de septiembre. Vamos a jugar de local un partido que por los antecedentes consideramos que teníamos que ganar (Paraguay), pero lo perdimos. Y a partir de ahí se hizo todo muy cuesta arriba, porque fuimos siempre presionados por obtener buenos resultados. Y, lamentablemente, con mucha tristeza, no pudimos clasificar al Mundial, pero creo que el nivel futbolístico no estuvo tan alejado de haber podido participar.
-¿Volverías a llevar a todos esos titulares? ¿Y cómo habrías hecho para decir que no los llevarías, si todos te dicen ‘yo quiero estar’?
Cuando pasa el tiempo, uno analiza y tiene la posibilidad de modificar o de expresar modificaciones. Digo, con total contundencia, que pasaron 8 o 9 años de ese campeonato, y haría exactamente lo mismo que hicimos, corriendo el riesgo de que me pase lo mismo que me pasó con el Mundial. Pero creo que esos jugadores se habían hecho acreedores de participar de esa fiesta que era la Copa Confederaciones. Creo que el nivel era el mejor que podíamos presentar en esa Copa. Indudablemente, con el paso del tiempo lo digo, hubiese hecho exactamente lo mismo.

-¿Cómo era manejar ese vestuario? Porque había jugadores que habían ganado dos Copas América, egos que no eran fáciles de manejar.
La verdad que siempre fue un plantel muy respetuoso, muy profesional, que se le exigía y pedía exigencia en los entrenamientos, y donde, claro, el nivel que tenían entusiasmaba a cualquier a cualquier persona que estuviera al frente de ellos, porque veías cosas en los entrenamientos y en los partidos que te hacían tener mucha ilusión a la hora de competir. Ellos eran un grupo que se conocía bastante, que venían estando en la Selección, la mayoría, no sé si cuatro o cinco años continuados, donde habían sido compañeros incluso en categorías inferiores y se respetaban mucho entre ellos. No hay quejas en cuanto a ese tema.
-¿Qué explicación le encuentras a esa recta final donde Chile cae con Paraguay en Santiago, con Bolivia en La Paz, le gana a Ecuador 2 a 1 y pierde 0 a 3 ante Brasil? Por todo lo que venía mostrando Chile, incluso llegando a una final de Copa Confederaciones donde iban los mejores, no dejó de ser una sorpresa en gran parte del mundo del fútbol.
Las situaciones se dieron de determinada forma. Hubo indudablemente un análisis interno que yo hice con mi cuerpo técnico acerca de algunas situaciones que nosotros tuvimos que evaluar, y que indudablemente en alguna de estas situaciones o decisiones que tomamos, nos equivocamos, y no pudimos conseguir el objetivo. Pero te vuelvo a repetir, creo que en líneas generales nuestro rendimiento estuvo muy cerca. Quedamos eliminados por diferencia de gol y creo que podríamos haber participado de ese Mundial.
-Siempre has sido reticente a dar notas. ¿Por qué no explicar lo que el hincha de fútbol chileno nunca por ahí escucho de la boca de su técnico? ¿Por qué elegiste el silencio y no contarlo nunca públicamente?
Yo creo que hay momentos, situaciones, donde hay que ser prudente, donde las explicaciones, por más que sean valederas, no son comprendidas. A veces insistir con situaciones que uno tiene una visión y que otros tienen otra, y que generalmente están relacionadas con el resultado de una competencia... me parece más prudente que el tiempo las diluya para poder hacer un análisis mucho más frío, mucho más concreto, mucho más sincero. Por eso que dentro de este análisis y la valoración que hago, a pesar del dolor que me causó a mí no poder participar del Mundial, en el balance lo que hicimos en Chile fue por encima de mis aspiraciones. El hecho de haber conseguido la Copa América, de haber conseguido la China Cup, de haber jugado la final con Alemania en la Copa Confederaciones, de haber promovido algunos chicos que hoy juegan en la Selección, hace que el balance después de algún tiempo sea bueno. Lo que no quita que también, internamente, yo sienta dolor por no haber podido participar del Mundial con Chile.

-¿Qué relación tienes con el público chileno? ¿Te recuerdan no haber clasificado al Mundial? El público futbolero a veces es injusto y extremadamente exigente.
El público o la gente, la sociedad chilena, siempre ha sido muy respetuoso conmigo, desde que llegué a Chile y hasta que me fui. De hecho, voy seguido porque tengo, además de la parte profesional que siempre puedo tener allá, a mi hija trabajando en Chile. Cada vez que voy, el trato es con mucho respeto, con mucha cordialidad. Lógicamente alguno siempre te recuerda que no fuimos al Mundial, pero la mayoría está agradecida de lo que pudimos hacer allí. Hay gente también, que son los mismos que yo notaba como que deseaban, entre comillas, que no ganásemos la Copa América, pero es minoritaria y la verdad que no hace al balance. Reitero: cada vez que voy a Chile, siento mucho respeto de la sociedad chilena.
Aquella final ganada que no disfrutó
-¿Cuál es su visión de Arturo Vidal?
Un crack. Un gran jugador. Top, como futbolista; mentalidad inigualable. Físicamente, inigualable. Profesionalmente, intachable. Hablo de la parte que me tocó entrenarlo, ¿eh? Y humanamente creo que es un señor que merece todo mi respeto.
-¿Y sobre Alexis Sánchez?
Tengo una gran opinión de todos por igual. Yo estoy muy agradecido de ellos. Con Alexis tengo miles de cosas en común. Cuando estábamos en la Selección, él jugaba en el Arsenal, pero ya había jugado en el Barcelona. Entonces teníamos gente en común que nos relacionaba en cuanto a las vivencias que habíamos tenido en el Barca, y podíamos coincidir y tener una charla, pero humanamente. Esos chicos merecen mi máximo respeto.
-¿Qué jugador de los con menos cartel te solucionó un montón de temas futbolísticos?
A nivel futbolístico, dos chicos que conocía de Católica. Uno era Felipe Gutiérrez, a quien había hecho debutar en la Católica o había empezado a jugar con continuidad conmigo. Tenía el nivel para aportar cosas a la Selección. Otro puede haber sido (José Pedro) Chapita Fuenzalida. Y otro que ahora me viene a la mente y que fue muy importante en muchos aspectos, porque tenía una capacidad emotiva muy grande, es (Jean) Beausejour, porque tenía personalidad, consistencia en lo que piensa, un gran profesional que tenía experiencia de haber estado jugando en ligas importantes de Europa.

-¿En qué lugar ubicas la final contra Argentina dentro de tu gran carrera como entrenador? Imagino que si no es el más importante, es uno de los más importantes.
No, no, no, no. ¿Cómo lo puedo explicar? No fue un partido que yo disfruté. Con esto no quiero ser irrespetuoso con nadie. Lógicamente, después, por el hecho de haber ganado la Copa, lo hizo tener un valor importante. Pero hubiese preferido que no fuera Argentina el rival que me tocó enfrentar al final y haberle ganado a otro.
-¿Y cómo hiciste para abstraerte de eso en la charla previa o en los días anteriores? Porque no se notó en ese partido que Chile jugó con los dientes apretados.
Una cosa es lo que yo puedo expresar ahora, incluso lo expresé en su momento cuando me tocó, que no es agradable para cualquier argentino enfrentarse con Argentina, por más que sea una competencia noble, leal y transparente. No es agradable. Ahora, a la hora de competir en este deporte, uno tiene que entregar el máximo porque justamente tiene que defender los valores internos que cada persona tiene.
“El fútbol te va llevando por donde él quiere”
-Es difícil predecir el futuro y más siendo tan nómade como fuiste también como futbolista. ¿Te imaginas en algún momento dirigiendo, no sé si de nuevo una Selección, pero en el fútbol chileno?
Mirá, yo no elegí muchos ni visualicé muchos de los lugares donde me tocó dirigir. Le he escuchado a más de un entrenador, incluso a gente que está metida y trabaja dentro del fútbol, una verdad que me la apropio: el fútbol te va llevando por donde él quiere, no por donde uno quisiese. A veces, uno dice ‘me gustaría dirigir acá’ y la verdad es que nunca vas a tener la posibilidad de dirigir ahí. Y otras veces, dices ‘bueno, mirá si me toca dirigir esto’ y se dan una serie de circunstancias y volvés o empezás a dirigir en lugares donde ni remotamente pensaste que ibas a dirigir. Así que soy bastante cauto con eso. Mi trabajo es ser entrenador de fútbol, tengo que trabajar donde tenga trabajo y donde tenga posibilidades de desarrollar lo que pienso como entrenador. Lógicamente, no descarto el día de mañana trabajar en Chile.
-Es difícil proyectar, ¿pero tienes un plan de carrera, es decir, hasta cuándo quieres estar dirigiendo?
Me siento con fuerzas, lógicamente, para seguir trabajando, pero creo que tiene que llegar un momento en la carrera de cualquier entrenador, o de cualquier ser humano, donde puede permitirse algunos momentos de felicidad, que son imposibles o incompatibles con ser entrenador de fútbol, para estar con mi familia y con mi nieto.