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Jorge Vargas: “En Chile se entrena mucho, pero se entrena mal...”

El ex zaguero de la UC y de la Selección se formó en Italia como entrenador y tiene una opinión crítica sobre el trabajo técnico en nuestro país. “Los DT deben ir a Europa a mirar cómo se trabaja en los equipos chicos y no sólo visitar unos días los entrenamientos de Real Madrid”.

Jorge Vargas, un entrenador chileno en Italia "Allá no basta con haber jugado fútbol profesional. El que no estudia, no tiene posibilidades de obtener el título". (Felipe Escobedo/Felipe Escobedo)
  • “Yo, cuando vengo a Chile, me junto con amigos que son entrenadores a cenar o a jugar pádel, y de lo menos que hablan es de fútbol”.
  • “En Chile, en general, los gerentes deportivos son figuras emblemáticas vinculadas al club que son llamados a asumir como una especie de homenaje. Allá en Europa existe esa figura, pero se llama asesor del presidente”.

Jorge Vargas (49) asume que pocos en Chile deben saber que es entrenador y que ya tiene un recorrido en esa profesión. “Nunca un equipo chileno me ha contactado, pero creo que es más por desconocimiento que por otra cosa”, dice a quien en su época de zaguero en Universidad Católica y en la Selección lo llamaban ‘Potencia’.

Vargas se autodefine como DT: “Soy pesado, de esos que exige que los jugadores estén en su peso y que castiga a los jugadores a pagarme una cena si nos hacen un gol de pelota parada”.

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El ex defensa de Chile cuenta que hoy vive en Italia, en Vinci, la cuna de Leonardo, y que decidió quedarse en dicho país porque “mis hijas nacieron allá. Me compré una casa en un condominio que, curiosamente, pertenecía a Luciano Spalletti, el actual seleccionador italiano. Es una zona de viñas y estar allá me da la posibilidad de ver muchos partidos de diversas divisiones. Tomo mi auto y el fin de semana puedo ver a Fiorentina, a Livorno, a Émpoli en el estadio”.

-Usted fue ayudante del DT Roberto Donadoni en China. ¿Se separó de él?

En realidad, con Roberto sigo teniendo mucha relación pero, por ahora, estoy haciendo mi propio camino. El año pasado dirigí como DT titular a Pro patria, un equipo vinculado a la derecha italiana, de la serie C. Y me fue bien porque no sólo evitamos descender, que era el objetivo, sino que ganamos clásicos que hacía años este equipo no ganaba. Pero este año no seguí porque vendieron a la mayoría de los jugadores, en lugar de potenciarse. Tuve la opción de dirigir a la juvenil de la Sampdoria e incluso de ser ayudante del primer equipo, pero ninguna de esas opciones prosperó así que ahora espero otra opción y volver con Donadoni cuando él tenga club, puede ser una posibilidad.

Una mirada distante

-Usted se formó como entrenador en Italia. ¿Cree que la formación en Chile cumple con los cánones que hoy imperan en Europa?

En eso yo tengo una mirada distante y sólo referencial, es decir, por lo que me cuentan mis amigos cuando vengo a Chile. En general, todos aseguran que el INAF es una buena institución formadora, que entrega buenas pautas, pero que tiene un par de falencias que podría arreglar: la carrera para conseguir el título es demasiado extensa y los alumnos tienen poca vinculación con otras realidades.

"En el INAF la carrera para conseguir el título es demasiado extensa y los alumnos tienen poca vinculación con otras realidades".
Jorge Vargas"En el INAF la carrera para conseguir el título es demasiado extensa y los alumnos tienen poca vinculación con otras realidades".

-Vamos a lo primero. ¿En cuánto tiempo usted obtuvo su título de entrenador en Italia?

En Chile, para ser entrenador -en el plan regular- hay que estudiar cuatro años seguidos. En Italia, primero se hace un curso de seis meses y, no antes de un año, se toma otro curso que dura nueve meses y, después de otro año, se hace un tercer curso de un año, al cabo del cual se obtiene el título.

-Como acontece en INAF, ¿allá puede cualquier persona optar a ser entrenador?

Es que la demanda por DT son muchas y en diferentes niveles y hay cursos para todos. Sí que para ser entrenador de equipo profesional hay que sumar puntajes para postular. Por ejemplo, yo gané puntos porque jugué en Italia, porque fui seleccionado chileno y porque tenía un Diplomado en una universidad chilena. Sin duda que hay un proceso de postulación exigente y que se respetan las trayectorias. Pero no basta con haber jugado fútbol profesional. El que no estudia, no tiene posibilidades de obtener el título.

-Usted habló también de la necesaria vinculación de los que estudian en la INAF con otras realidades. ¿A qué se refiere, específicamente?

A que la institución que forma entrenadores debe preocuparse de que sus alumnos tengan la posibilidad de conocer in situ cómo se trabaja en alto nivel. No sé el tema de los recursos, pero me imagino que el INAF podría establecer acuerdos con clubes para que sus mejores alumnos puedan viajar e interiorizarse de lo que se enseña, de lo que se vive y de cómo se estructura el trabajo. Le aseguro que incluso para los propios europeos sería una experiencia darse cuenta de cómo se trabaja en Chile.

-¿Se sorprenderían ingratamente, según usted?

Es que a un DT formado en Italia no le cuadraría nada saber cómo se entrena en Chile...

-¿Por qué?

Porque en Chile se entrena mucho, pero se entrena mal...

-Explique...

Se entrenan muchas horas, pero también con muchas pausas. En Europa los entrenamientos duran menos que acá, pero son mucho más intensos. En Chile hay que entrenar menos horas, con menos pausas y también con menos minutos de video.

-¿Acá se le da demasiada información al jugador?

Exactamente. Está comprobado que el futbolista, en promedio, pone atención no más de seis minutos cuando le muestran un video. Después de eso se va, comienza a pensar otra cosa. Y eso también es aplicable a las instrucciones que da el entrenador. No debe ser insistente y eso lo aprendí de Donadoni. En China, entrenando a los defensas, estuve tres días tratando de que los futbolistas mecanizaran movimientos y Roberto notó que ya el tercer día los jugadores estaban menos receptivos y menos mecanizados que los días anteriores. Y me dijo que parara. Que los chinos ya no estaban pensando en lo que yo les trataba de inculcar. Tenía razón.

Con la camiseta de la Selección, a la que defendió en 38 partidos clase A.
Jorge VargasCon la camiseta de la Selección, a la que defendió en 38 partidos clase A.

-¿Qué otra deficiencia ve en el trabajo técnico en Chile?

Acá no se trabaja mucho en bloques. Sólo el arquero tiene trabajo específico. El entrenador principal, en general, ve todo y hoy, en cada línea, debe haber expertos trabajando. Lo otro es que se habla muy poco de fútbol. Yo, cuando vengo a Chile, me junto con amigos que son entrenadores a cenar o a jugar pádel, y de lo menos que hablan es de fútbol. Y lo otro que me llama la atención es algo vinculado a la Selección: que varios jugadores actúan lejos del nivel que tienen en sus clubes en ligas más competitivas, como los casos de Paulo Díaz y Guillermo Maripán. No sé por qué llegan a Chile y son otros después de estar unos días en la Selección.

Un gerente profesional

-Otra área en la cual hoy existe debate en Chile es el de la función de los gerentes deportivos. ¿Deben ser los que arman los equipos o los que cumplan las demandas de los entrenadores?

Primero, deben ser profesionales del rubro. Es decir, estudiar antes de tomar el cargo. Eso en Europa es el mínimo exigible. En Chile, en general, los gerentes deportivos son figuras emblemáticas vinculadas al club que son llamados a asumir como una especie de homenaje. Allá en Europa existe esa figura, pero se llama asesor del presidente. ¿Por qué debe ser profesional el gerente deportivo? Porque, en rigor, son los que efectivamente arman los equipos. Los gerentes deportivos son los que cumplen esa misión. Y son evaluados por sus resultados y no por si son emblemas del club.

-¿Los entrenadores sólo se deben amoldar?

El entrenador debe decirle al gerente técnicos qué puestos necesita llenar y bajo qué criterios técnicos y tácticos los requiere. Nada más. Luego, el gerente técnico y sus asesores buscan tres o cuatro alternativas que son presentadas a los dueños o dirigentes que fijan las posibilidades económicas del club. Después de eso, le presentan las alternativas viables al entrenador y se contrata al que reúna las mejores posibilidades.

-Pero acá los entrenadores siempre dicen que al final les traen la opción cuatro...

Eso es sólo para defenderse ante los hinchas. Porque si el jugador llega es porque el DT lo aceptó. Si no le gusta un jugador que llega al equipo, debe renunciar. Así pasa en la alta competencia.