La relación del ex arquero argentino, nacido en Colombia, Carlos Fernando Navarro Montoya (26 de febrero de 1966) con el fútbol chileno es sumamente particular. Está marcada a fuego por dos situaciones específicas, de muy corta duración, pero que quedaron para siempre en el anecdotario grande de nuestro medio.
Quien es considerado como una leyenda en el fútbol sudamericano y que no por nada defendió la portería de Boca Juniors por 11 temporadas (1988-1997) tiene muy presentes sus vivencias en nuestros pastos. En primer lugar, y en orden cronológico, lo sucedido el 22 de mayo de 1991, que con el tiempo pasaría a recordarse como “La Batalla de Macul”, en el partido que protagonizó el cuadro xeneize ante Colo Colo; luego, cuando defendió los colores de Deportes Concepción, exactamente 10 años después, con lo que se creó un vínculo indisoluble entre el jugador y el conjunto Lila.
Sobre el primero de estos episodios, se ha escrito demasiado. Semifinales de Copa Libertadores, partido de vuelta, ánimos caldeados. Rubén Martínez marca el 3-1 favorable al Cacique, que servía para clasificar a la final, cuando se desató el pandemonio. Una pelea descomunal en que Navarro Montoya terminó mordido en el trasero por un perro policial.
El segundo capítulo es el que el ex guardián más atesora. Fue en el campeonato 2001 cuando llegó al Biobío para defender el arco de Deportes Concepción. Se enamoró del club, de su gente, estuvo ahí, en vigilia, durante todo el proceso de desafiliación y también en el renacer del club. En el Conce lo idolatran y él retribuye con cariño sincero. De hecho, no es raro que el Mono Navarro Montoya sea invitado de honor en actos oficiales y homenajes de los lilas.
Es por eso que la conversación en exclusiva que el recordado guardavallas sostiene con En Cancha Prime parte por sus recuerdos en Concepción. Sí, el Mono también aborda otros temas, como la recordada noche de mayo en el Monumental o la actualidad de los futbolistas chilenos en Argentina, pero la primera remembranza es, obligatoriamente, el Conce. “Son todos grandes recuerdos, porque me vinculan a Deportes Concepción. Fue un año estupendo, en que se participó en Copa Libertadores, en que recibí un cariño y un respeto que realmente me movilizó. Hoy, después de tantos años, ese cariño sigue vigente. El año pasado, los directivos me invitaron para un homenaje y siempre, con esto de las redes sociales, recibo el respeto de toda la gente del León de Collao".
-Claramente, existe un vínculo muy fuerte entre usted y el Conce. Hoy, el equipo está en un momento expectante en Primera B y se ha transformado en un fenómeno de convocatoria. ¿Era igual en sus tiempos?
Ese año que jugamos Copa Libertadores, en el antiguo Ester Roa, siempre lo hicimos con cancha llena. Luego, yo participé, desde mi lugar, en el momento más difícil del club, que fue esa supuesta desaparición, que no fue tal, por el amor incondicional de los hinchas y los socios de Deportes Concepción. Puedo decir orgullosamente que colaboré, que aporté con mi granito de arena y por eso me pone tan feliz, después de los años duros. Es inexorable que el destino, tarde o temprano, conduzca a Deportes Concepción al lugar que debe ocupar, que es la Primera División.

-En Chile, además de su paso por Concepción, se le recuerda principalmente por el episodio en el Estadio Monumental, en las semifinales de la Libertadores de 1991. ¿Es algo que sigue recordando o está superado?
Diez años después de ese momento, en 2001, fui a jugar a Santiago con Deportes Concepción y también hay hinchas de Colo Colo en todo Chile y lo único que he recibido es muestras de afecto. Para mí, es un hecho que fue lamentable, evidentemente, pero que ambas partes superamos. Yo no tengo ningún tipo de rencor o de resquemor, fue algo circunstancial. Y la gente de Colo Colo también me ha hecho sentir lo mismo. No es nada más allá de algo puntual que pasó en la cancha ese día.
“Carlos Palacios debe adaptarse al fútbol argentino”
-Pasemos a la actualidad del fútbol argentino ¿Cómo ve a Carlos Palacios en su momento en Boca Juniors?
Adaptándose. El mundo Boca es muy especial y te demanda un compromiso con el club las 24 horas del día. Uno no puede soslayar, más allá de la actividad que realice o más allá de que no esté entrenando ni jugando, que eres jugador de Boca las 24 horas y ello genera obligaciones y responsabilidades. Él se está adaptando a un lugar de mucha exigencia, que te da todo, pero que a la vez te exige todo. Condiciones futbolísticas tiene, con muy buena técnica, desequilibrio, uno contra uno, buen pase… Todas las condiciones para escribir su historia en Boca, pero además de jugar bien el futbolista de Boca debe entender que también ese buen hacer lo debe mostrar fuera de las canchas. Los que llegan a Boca tienen que tener tiempo para asimilar todas estas situaciones…
-¿Y a Palacios le falta entender todavía eso de 24-7?
Yo creo que sí. Aparte, adaptarse al fútbol argentino, que es distinto al chileno. Por idiosincrasia, por historia, por un montón de de cuestiones. Debe entender lo que significa Boca y que a cada instante todo lo que haga tendrá una trascendencia enorme. Debe centrarse en lo esencial: Boca tiene la particularidad que tiene muchos elementos para distraerte. Lo fundamental es entrenar bien y jugar bien y aunque esto parezca fácil de entender, en el día a día, en la vorágine cotidiana, se hace difícil para un futbolista. El camino que él está transitando ojalá lo pueda elaborar lo más pronto posible, para que sus energías estén centradas en entrenar y jugar bien.
-¿Debiera Palacios adaptarse mejor a los tiempos del fútbol argentino? ¿Debe reacomodar su juego? ¿Desprenderse antes de la pelota, quizás?
Es normal. Si uno tiene la capacidad cognitiva de analizar esto y llevarlo después a la cancha, es normal que todavía se esté adaptando a estas particularidades que tiene el fútbol argentino, así como también las tiene el brasileño, el uruguayo, el español o el turco. Si bien el fútbol es universal, cada país tiene sus particularidades. Él debe entender los momentos, los ritmos del fútbol argentino.
-Y a Williams Alarcón, ¿cómo lo ve? Él venía más adaptado al fútbol argentino…
-Es un jugador sobrio, que ya conoce las particularidades del fútbol argentino. Lo que pasa es que ahora está en un club donde no es fácil ganarse un espacio. Está en esa disputa por ser titular. Tiene la ventaja respecto de Palacios que ya conoce lo que es jugar en el fútbol argentino.

La colonia chilena en el fútbol argentino
-En el último tiempo, muchos chilenos han ido al fútbol argentino. ¿Qué análisis hace de eso?
Esta generación que se está yendo (la Dorada) y que fue tan exitosa, al transformarse en una Selección respetada, ha ayudado al crecimiento del futbolista chileno, sobre todo a esa generación de 25 o 26 años. El futbolista chileno muchas veces ha utilizado a Argentina o a Brasil, inclusive a Uruguay, en menor medida, para luego saltar a Europa. Es cierto que hoy en día, la primera mirada de los scoutings de los equipos europeos no apunta a Chile y ese es uno de los desafíos que tiene el fútbol chileno, porque muchas veces en Europa se miraba a Argentina, Brasil, Uruguay y luego inmediatamente Chile. Ahora, Chile ha retrocedido en eso y ese lugar lo ocupa el ecuatoriano o el colombiano, que sigue teniendo su impronta. El fútbol chileno siempre ha tenido jugadores que han triunfado en las grandes ligas.
-¿Se la debe creer más el futbolista chileno?
Las mejores referencias de hacia dónde debe apuntar el futbolista chileno las tienes en Chile mismo, con Claudio Bravo, Arturo Vidal y todos los grandes futbolistas que generaron una Selección muy buena y que jugaron en las mejores ligas del mundo. Esa es la mejor demostración de que el futbolista chileno puede. No quiero pecar de repetitivo, pero para que todo esto suceda, tiene que haber un plan, una política deportiva.