El ex seleccionado chileno Ricardo Rojas tuvo una brillante carrera como futbolista que se prolongó entre 1990 y 2011. 21 años en que, entre otras particularidades, defendió las camisetas de los tres grandes de Chile (Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica), integró el inolvidable equipo de Unión Española semifinalista de Copa Libertadores en 1994, y brilló en México, donde es una figura respetada en el América, el club más poderoso en tierras aztecas y dónde hoy trabaja, además.
Fue, también, recurrentemente convocado a la Selección Chilena, donde jugó 46 partidos y marcó un gol. Tres procesos clasificatorios a Mundiales (Francia 98, Corea/Japón 2002 y Alemania 2006), además de dos copas América, figuran en la bitácora del ex zaguero.
Entonces, Rojas es una voz autorizada para referirse al fútbol chileno y se da el tiempo para analizar en En Cancha Prime el momento actual de la actividad. “Hoy el fútbol chileno no está pasando por un buen momento-dice Rojas-. La competencia ha bajado bastante su nivel si la comparamos con otras federaciones. Da la sensación de que el negocio está primando por sobre el desarrollo futbolístico. Me encantaría participar en una reunión de directorio de algún club para entender realmente qué es lo que se está buscando y hacia dónde se quiere ir".
-¿Cree que la situación de la Selección Chilena refleja ese mismo declive?
Sin duda. Todo va de la mano. Cuando a la Selección le iba bien, eso repercutía positivamente en los clubes y en nuestros técnicos. Hoy, tras varios años sin ir al Mundial, se nota un bajón. Y no es solo Chile: también miro el fútbol argentino, por ejemplo, y creo que tampoco está al nivel de antes. Los buenos jugadores se van muy jóvenes a Europa y eso afecta la competitividad de nuestras ligas.
-¿Qué impresión le dejó el último proceso de la Selección, especialmente con Ricardo Gareca al mando?
Fue una etapa difícil. Me sentía incómodo, aunque no tuviera relación directa. Me hubiese gustado ver un técnico chileno al mando del proceso. Puede sonar nacionalista, pero creo que hay entrenadores chilenos muy capacitados. Yo he trabajado con muchos técnicos extranjeros en distintos niveles y no creo que tengamos nada que envidiar.
La Roja para técnicos chilenos
-¿Siente que se menosprecia al técnico chileno dentro del mismo país?
Sí, y no solo pasa en Chile. En México ocurre lo mismo. Hay muchos entrenadores mexicanos muy capaces que no dirigen en Primera División porque los clubes prefieren a los extranjeros. Es un fenómeno regional.
-¿Ve técnicos chilenos preparados para asumir el desafío?
Hay varios nombres que me gustan: Mario Salas, Jaime García, Miguel Ramírez… pero no he tenido la posibilidad de conocer sus metodologías de trabajo en profundidad. Solo me quedo con la impresión de lo que declaran públicamente y el comportamiento que muestran. Ojalá tengan su oportunidad y puedan mostrar lo que son capaces de hacer.
-¿Cree que Manuel Pellegrini debería asumir en la Selección?
Yo lo veo inamovible en Europa. Sería lindo que asumiera la Selección, pero es una decisión muy personal. Él tiene derecho a seguir su carrera donde quiera. Si decide volver, sería bienvenido. Si no, hay que reconocer todo lo que ha logrado.

-Hoy en día los futbolistas jóvenes ganan mucho dinero desde muy temprano. ¿Qué piensa de este fenómeno?
Es complicado. A los 20 años ya manejan cifras impensadas en nuestra época. Cuando uno es joven y tiene dinero, muchas veces se siente dueño del mundo. A mí me explicaron cómo manejarme y aun así cometí muchos errores. El entorno influye mucho y no todos vienen de familias que sepan cómo asesorarlos financieramente. La mayoría terminamos invirtiendo mal, siendo engañados o sin pensar en el futuro.
-¿Vivió esa misma situación en su juventud?
Totalmente. Cometí muchos errores por inmadurez, por creer que me las sabía todas y no asesorarme bien. No es un tema exclusivo del fútbol. Le pasa a cualquier joven que de repente se encuentra con mucho dinero sin estar preparado.
-Tarea para los clubes, entonces, trabajar esos temas con sus jugadores...
Por supuesto. Es un área muy poco trabajada. Acá en América tratamos de formar buenos hábitos desde las divisiones menores. Hay mucha disciplina y el jugador sabe que cualquier error tiene consecuencias. Se trata de formar personas antes que solo futbolistas.
-¿Y cómo manejan eso con los representantes y la presión externa que llega tan temprano?
Es increíble ver niños de 13 o 14 años con representantes. No es algo necesariamente malo, pero si no se maneja bien, puede desviar al jugador de su desarrollo deportivo. El fútbol sudamericano todavía tiene “hambre” por surgir, pero cuando las cosas se dan fáciles, la carrera tiende a ser más corta. Los jóvenes pierden la motivación por pelear un lugar.
-¿Eso es culpa de los representantes?
No diría que son los culpables, pero sí influyen. Algunos jugadores se relajan pensando que tienen todo resuelto, y no se cuidan en la alimentación, el entrenamiento, el descanso… y ese lugar lo ocupa otro que sí hace el trabajo.
-¿Qué cosas del fútbol de su época cree que se podrían aplicar hoy, y viceversa?
Antes se trabajaba con muy pocos recursos. Hoy la tecnología ha facilitado mucho las cosas. Pero algo que rescato de la vieja escuela es la simpleza en el mensaje. Hoy los técnicos a veces se enredan tanto explicando que el jugador no entiende nada. Me gusta lo simple, lo claro, sin creerse superior al jugador.
Los referentes de Ricardo Rojas
-¿Se identifica con algún jugador actual de la Selección?
No he hecho ese análisis. Pero sí puedo hablar de los jugadores que yo admiré y con los que tuve la suerte de compartir: Fernando Astengo, con quien hice dupla en Unión Española; Eduardo Gómez, a quien vi en la Copa América y luego fue compañero mío en La Serena; y Ronald Fuentes, un defensor con mucha calidad, muy distinto a mí, pero admirable. Compartir con ellos fue un privilegio.
- ¿Su momento más doloroso en el fútbol fue no ir al Mundial de Francia 1998?
Sí, fue muy doloroso en su momento. Pero si lo llevo a la realidad de ese tiempo, creo que quienes fueron al Mundial lo merecían completamente. Ellos tenían la experiencia, llevaban más años en el equipo, y era justo que estuvieran ahí. En ese momento, pensé que ya tendría mi oportunidad en la siguiente eliminatoria. Lamentablemente no se dio, pero siento que, en términos de justicia deportiva, fue lo correcto. Capaz que, si yo hubiera sido el entrenador, habría tomado la misma decisión.

-Igualmente fue duro quedar fuera, sobre todo después de haber estado en las nóminas previas...
Sin duda. El dolor de ilusionarse y estar hasta la última nómina es grande. No se lo doy a cualquiera. Pero estas cosas también son parte de la vida, te enseñan, te hacen crecer. Lo viví como un momento que dolió, pero no pasó más allá. Incluso, después de eso, me fue mucho mejor en lo profesional.
-¿En ese momento buscó explicaciones con Nelson Acosta o él se las entregó directamente?
Sí, me junté con él. Hablamos. Y lo entendí. Fue una conversación sincera y, después de eso, traté de dar vuelta la página lo más rápido posible. Claro que fue doloroso, pero así es el fútbol.
-¿Esa experiencia le sirvió para entender también el rol del entrenador y la toma de decisiones difíciles?
Absolutamente. Como entrenador me ha tocado tomar decisiones similares: decirles a jugadores que no siguen o que no están en una convocatoria. Son momentos difíciles, pero uno siempre tiene que actuar con franqueza, honestidad y pensando en que enfrente hay un ser humano.
-¿Cómo recuerda su paso por la Selección Chilena? ¿Qué significó para usted vestir la camiseta de la Roja?
-Fue una experiencia imborrable. Estar en la Selección es algo que no se olvida. Hubo momentos buenos, otros no tanto. Claro que me habría gustado conseguir más cosas, pero hay muchas explicaciones de por qué no se dieron ciertos logros en distintas etapas… y quizás no tiene sentido entrar en todos esos detalles ahora. Son procesos largos, con muchas variables.
-Se queda con buenos recuerdos, entonces...
Sí, absolutamente. Desde las selecciones menores tengo recuerdos hermosos. Estuve en la Sub 20 con Manuel Pellegrini, luego también con el Flaco (Vladimir) Bigorra, Leonardo Véliz… todos entrenadores muy valiosos, personas muy buenas. Chile tiene gente muy noble en el fútbol. Obviamente también hubo momentos amargos, pero los filtro, los asumo y no me quedo pegado en eso. Para mí, jugar por la Selección fue un gran desafío y una etapa muy linda.
-¿Se siente conforme con lo que logró en la Selección?
Uno siempre cree que pudo haber hecho más. Siento que como grupo también podíamos haber logrado más cosas. Pero es lo que nos tocó vivir. Jugar por la Selección no es fácil, para nadie. Es difícil para el entrenador, para los jugadores, para todo el entorno. A veces, en cinco días tienes que lograr algo importante, con poco tiempo para trabajar. Hay un montón de factores que influyen y no siempre se dan las condiciones ideales. Pero igual, me siento orgulloso de haber estado ahí.