El presidente de Deportes Iquique, Cesare Rossi, se explaya para abordar dos capítulos de suma importancia en el desarrollo de la institución: el Fútbol Joven y el Femenino. Remarca que para el club las autoexigencias que se han impuesto buscan otorgar las mayores facilidades para que dichas series compitan con el resto de los clubes, aunque su diagnóstico global de la actividad femenina no deja de ser inquietante.
Más allá de la problemática geográfica de Iquique y de tener una infraestructura en desarrollo, Rossi considera que el avance es prometedor. Con el equipo adulto femenino marcha en un meritorio tercer lugar y sobre las divisiones juveniles, el directivo sostiene que seguirán nutriendo de valores al primer equipo y al fútbol chileno.
-Deportes Iquique ha sido un actor permanente en el debate por mejorar la competencia de menores. ¿Quedaron conformes con el formato que se está jugando hoy el Fútbol Joven?
Sabemos que hay un problema financiero grande en la ANFP, pero la competencia es positiva. Lo que más tiene que existir a nivel juvenil es competencia y jugar partidos, ojalá de calidad. No nos vamos a quedar a futuro solo con los partidos de la competencia nacional, vamos a tratar de hacer torneos con equipos de otros países cercanos para darles mayor competitividad. Cuando Deportes Iquique sacó la mayor cantidad de jugadores fue cuando, a través del Colegio Deportivo que existe en Iquique, viajaron al exterior, a Brasil, a Europa... Misael Dávila, Álvaro Ramos, salieron entre otros jugadores de ese roce internacional. Queremos hacer crecer a nuestro jugadores y acá cuesta mucho por la distancia, pero con la infraestructura y lo que proyectamos, esperamos el próximo año sacar jugadores que puedan nutrir a la futura Selección Chilena.
-¿Es viable una competencia de Fútbol Joven similar a la del Campeonato Nacional en un par de categorías?
Es difícil porque Chile es un país extremadamente largo. Por ejemplo, acá en el norte tenemos que ir a jugar con Arica: cuatro horas de ida, cuatro de vuelta; Antofagasta, seis horas; Copiapó, son casi 15 horas. Las distancias son muy largas, económicamente para todos es muy difícil, y no solamente tenemos que mirar el fútbol joven en diversas categorías, sino que también el fútbol femenino, y darles las condiciones que corresponde para poder exigirles una buena competencia.

“En Chile le está costando al fútbol femenino desarrollarse”
-¿Se apresuró el proceso de darle institucionalidad profesional al fútbol femenino? ¿Se debió hacer algo más gradual, si el objetivo era homologar la competencia a la que tienen los varones?
Creo que faltó tolerancia de ambas partes. Se exigió muy rápido todo y aplicarlo es una exigencia tremenda, debió hacerse más gradual. También faltó una buena comunicación de los clubes con la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF). Nosotros le damos mucho énfasis a otorgar todas las condiciones. De hecho, Iquique el año pasado hizo la mejor campaña de su historia y este año va tercero, detrás de Colo Colo y la U. Hemos dispuesto los recursos y el Estado también apoya con los proyectos para poder realizar una una buena competencia, otorgar las condiciones laborales y deportivas a las jugadoras como corresponde. Pero para poder levantar más el fútbol femenino, falta mayor apoyo de la prensa, de las empresas privadas. Es una actividad que va creciendo en todo el mundo, pero acá en Chile creo que le está costando un poco.
-¿Es viable para un club asumir completamente los costos de del fútbol femenino o necesita estar subvencionado por el Estado?
Tiene que existir un apoyo. Calculo que es imposible, para el 90% de los clubes chilenos, solventar el fútbol femenino con los ingresos que se tienen. Una manera es hacerlo en conjunto con el Estado, la empresa privada y los mismos clubes. Esa es una buena figura. Por ejemplo, el equipo femenino de Deportes Iquique está jugando con Católica, Colo Colo y la U en el Tierra de Campeones, porque esa fue la la exigencia. Ha ido gente acompañándonos, no tanto como el fútbol masculino, entre 500 a 800 personas, que no es un mal número para ir a ver un clásico por decirlo así. Los otros partidos jugamos en nuestro complejo deportivo que tiene dos canchas, pasto sintético y una de natural, y ahora vamos a empezar a jugar en el mini estadio que se construyó con esta alianza público-privada justamente para el fútbol femenino adulto y para el Fútbol Joven.

-¿Cuál es la zona geográfica de la que se nutre Deportes Iquique en el Fútbol Joven y femenino?
Existe un sentido de pertenencia tan grande acá, que la gran mayoría de jugadores son de Iquique y Alto Hospicio. Se ha hecho un trabajo importante en los últimos años, con Fernando Carvallo, que trabaja con nosotros hace ya un par de años, más los técnicos de la zona, que llevan mucho tiempo. Tenemos algunos jugadores que son de Arica, otra parte de Antofagasta, uno que otro de Calama y de Tocopilla, porque vienen muchos jugadores también a probarse y se terminan quedando en Iquique.
-¿Cuántos jugadores por generación debieran pasar al plantel adulto por temporada? Haga una estimación...
A mí me gustaría que siempre fueran cinco o seis por temporada, pero eso la verdad que es una utopía para todos los clubes. Nosotros en el último tiempo estamos pasando dos a tres jugadores de las juveniles con proyección al primer equipo. En estos momento está Bayron Barrera, que tiene 16 años y que viene de Calama, convocado a muchas selecciones juveniles y que alternó también en Copa Sudamericana y el torneo local; Antony Henríquez, jugador de la zona, que también está alternando; Ian González, que está préstamo ahora en la Universidad Concepción, que viene de Antofagasta; Matías Reyes y Dilan Rojas, que son de la generación 2004. Pero el promedio, a través de los últimos 15 años, son dos a tres jugadores, como máximo cuatro.

-Deportes Iquique se transformó en la joya futbolística del extremo norte de Chile, por méritos propios, y porque Antofagasta y Cobreloa han tenido una declinación, y Arica hace rato que está en la B. ¿Tiene una significancia especial ese estatus?
No, al contrario. No somos egoístas, queremos el desarrollo, en este caso del fútbol. Vino gente de Copiapó a conocer el complejo deportivo, a ver cómo se construyó. Si los clubes quieren crecer y son gente que quiere un bien para la actividad, nosotros apoyamos. Tenemos buena relación y comunicación con la gente de Cobresal, de Arica, de Cobreloa, siempre en temas logísticos, apoyamos. No somos celosos y no nos guardamos toda la información para nosotros. Queremos el desarrollo, sobre todo del norte, al que le cuesta tanto desarrollarse en el fútbol.