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¿Quién saca a Alexis del pozo?

Desgraciadamente para Sánchez, la oferta de la U que puede devolverle la sonrisa depende de una dirigencia que se cae a pedazos por sus oscuros manejos financieros. Y puede ser la última chance de su carrera.

Alexis Sánchez Su llegada al Udinese fue celebrada por el club, sin embargo la campaña del chileno ha sido magra.

Alexis debe terminar su calvario porque no merece tanto sufrimiento y porque tiene que enmendar, con urgencia, los errores que ha cometido en los últimos años.

Impropios de un jugador que siempre lo tuvo claro y que contó con asesoría experta en los primeros años de su carrera, cuando debutó en Cobreloa. Pasos cortos y exitosos para pavimentarse el camino que su talento merecía. Colo Colo, River Plate, Udinese y Barcelona. Un recorrido perfecto, impecable y de lujo para coronarlo en el Arsenal londinense, donde no sólo se consagró futbolísticamente, sino que se transformó en uno de los delanteros mejor pagados en el mundo.

Está claro dónde cometió su primer error. Fue en el entretiempo del partido frente a Paraguay por las clasificatorias a Rusia 2018. Todos coinciden en que un Alexis desconocido, agobiado por las dudas, no se desprendió del celular en el entretiempo, debatiéndose entre el City y el United. Irreconocible, en una sola noche quedó eliminado de lo que debió haber sido su gran Copa del Mundo y que sólo se quedó en su mejor contrato. Fue el jugador mejor pagado de la Premier League, pero seguramente uno de los más infelices.

El tránsito en el equipo de José Mourinho fue triste y estresante. Y, a partir de allí, un traspié tras otro. Eligió el Inter para volver a ser feliz y no lo fue. Lo intentó en Marsella, pero nunca estuvo del todo convencido. Presionó para volver a Milán y la pifia fue estruendosa, terminó de vuelta en Udine para estar cerca de su viña, en un idioma que domina, en un club que lo idolatraba. Ha sido la peor temporada de su carrera.

Hoy Alexis medita, a los 36 años, y lejos de la gloria cosechada en la Selección Chilena, el último gran paso de su vida. Con el futuro asegurado, de cabeza en la historia de nuestro fútbol y con la libertad de escoger la puerta que le devuelva la felicidad perdida. El largo eslabón de desaciertos no garantiza la mejor elección, porque las asesorías ya no son lo que fueron.

De lo que se sabe, América de México, el River de Gallardo y la U lo pretenden. Si prima el dinero, los azules jamás podrán competir, por la inestable situación directiva de un club que se desangra en los turbios manejos de sus propietarios. Pero las exigencias del Mundial de Clubes que suponen los coqueteos desde el DF y Buenos Aires, suponen otra vez una dura batalla por hacerse de la titularidad, jugar regularmente, festejar algún gol y sonreír de vez en cuando.

Todos queremos al Alexis de Tocopilla, pícaro y vivaz, indomable y risueño. En su última pasada por la Selección hubo quienes no le creyeron la lesión evidente que arrastraba y se fue, otra vez, sin decir palabra. Amurrado como llegó. La imagen que ya nos duele y cansa. Alexis merece dar sus últimos pasos feliz y en calma. Y para eso debe cambiar el método, escuchar otras voces, buscar algo distinto.

section logoSobre el autor

Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2001, comentarista de TNT Sports Chile y Chilevisión. Conductor en ADN Radio.