Los partidos tienen detalles. En los 18 minutos, Ariel Martínez quedó mano a mano con Carlos Lampe, metió un zurdazo suave, que el meta boliviano mandó al córner con su pierna izquierda. El trámite venía torcido para Palestino, que a partir de la derrota 3-0 frente a Bolívar en La Paz, optó por un 4-4-2, que en rigor era un 4-2-4. Le faltaban volantes y le sobraba gente en el ataque. Cualquier similitud a la caída de Chile frente a Bolivia en septiembre es mera coincidencia…
Bolívar cerró la llave de los playoffs de la Copa Sudamericana con un rotundo 3-0, en una jornada donde el duelo se resolvió en los minutos 24 y 28, con goles del colombiano Daniel Cataño y José Sagredo (cabezazo), este último de córner en una impresentable falla defensiva de los tricolores.
Sólido el conjunto de Flavio Robatto, con varios futbolistas de pasado reciente en la Primera división del fútbol argentino, que sumados a los internacionales bolivianos, otorgan a Bolívar un peso específico relevante. No en vano, en la celebración del centenario de la academia paceña, sus dueños abrieron la billetera para competir de buena manera en la escena internacional. Miguel Torren, Patricio Rodríguez y Martín Cauteruccio dan envergadura a los celeste que en el Estadio Nacional vistieron de verde.
Hay noches en que nada sale. Palestino anotará la del 23 de julio de 2025 ante Bolívar, tal como sucedió el año pasado en Rancagua, cuando el mismo rival lo superó 4-0 en el estreno en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Lo tuvo de entrada Martínez, después de cabeza en los 32, con buena respuesta de Lampe; Cristián Suárez metió un cabezazo que se fue apenas desviado, mientras que Yomar Rocha salvó en la línea un remate de Ceza. En el complemento, el paraguayo Junior Marabel desvió de cabeza y después estrelló un frentazo en el horizontal. Ian Garguez no pudo desde fuera de área, luego de un error de Lampe.
Estaba escrito que no había caso. En los 66, Martín Cauteruccio puso el 3-0 definitivo. El resto fue una agonía, con la expulsión de Martínez como epitafio de una de esas jornadas amargas que vuelven de manera recurrente en las mesas de los hinchas a la hora del café.
En el balance, la escuadra de Lucas Bovaglio fue capaz de batallar en el plano interno, donde se ubica en el cuarto lugar con un partido menos, y eliminar a Cruzeiro y Unión de Santa Fe en la fase de grupos. El proyecto se mantiene firme y salvo un desaguisado mayor, lo más probable es que en la próxima campaña, Palestino jugará en los torneos de la Conmebol. Si a eso sumamos que en La Cisterna tendrán luz artificial, la impresión es que habrá evolución y no involución.
Sabemos que Palestino es mucho más que un club de fútbol. Representa una causa y un pueblo. En el primer tiempo, la tribuna Andes, casi repleta, se iluminó con los celulares para recordar la tragedia de Gaza y decir que Palestina existe. Esperemos que la Conmebol no los sancione por sus cantos. Sería un despropósito. El mundo sabe lo que pasa en Oriente Medio.
Buen mensaje el de Palestino con sus precios populares para que el público futbolero, que va más allá de los colores eventuales, los acompañe. Lo hicieron el año pasado, con Independiente Santa Fe, y esta campaña con Unión Santa Fe. Si el objetivo es que la gente retorne a las canchas, este es un camino.
En lo futbolístico, la lesión de Fernando Meza genera inquietud. Habrá que esperar el desarrollo de la dolencia del trasandino. Palestino muestra un esqueleto armado y suficiente para nuestra competencia, pero requiere de un zaguero de nivel. La partida de Iván Román, hoy en Atlético Mineiro, la suplieron, pero es complejo encontrar un sustituto de esa categoría.
“Y ahora a lo nuestro”, decía Julio Martínez. Esa es la tarea de los árabes, que hace más de un lustro se acostumbraron a mostrar el pasaporte en el aeropuerto Arturo Merino Benítez.