Cesare Rossi Oliva no pierde la esperanza. Ni la calma. Sabe que la situación deportiva de Deportes Iquique es tan impensada como extremadamente delicada. “Pero mientras haya posibilidades, daremos la pelea”, advierte.
El presidente del club nortino, que la temporada pasada terminó en un notable tercer lugar detrás de Colo Colo y Universidad de Chile, comprende que el fútbol es veleidoso. Sin embargo, así son las reglas del juego, y Cesare Rossi asume esta condición sin perder la perspectiva de que para estar hoy en la actividad se debe contar con un estómago firme y asumir varias realidades que, triste y peligrosamente, se han naturalizado como parte del paisaje.
-¿En qué estado se encuentra hoy Deportes Iquique, más allá del último lugar que ocupa en la tabla de posiciones?
Tenemos dos realidades paralelas. Lo que está pasando con el primer equipo. Los números y la cancha no mienten. Es una situación muy crítica, muy difícil, pasando por una campaña muy mala, totalmente inesperada. A comienzos de temporada, jamás nos imaginamos esto, sobre todo haciendo la comparación con lo que sucedió el año pasado, cuando hicimos una tremenda campaña, salimos terceros, fuimos a Copa Libertadores, y de paso, eliminamos al campeón colombiano (Santa Fe). Después, clasificamos a la Copa Sudamericana, que la verdad fue una muy mala presentación, y de ahí vino una debacle deportiva importante. No recuerdo una campaña tan mala como ésta en Primera división, con una seguidilla de partidos perdidos. En lo personal, es muy doloroso. Y para la ciudad que es muy fanática y que siempre acompaña mucho a su equipo, también.
-¿Por qué menciona realidades paralelas? ¿Cuál es la otra?
Porque esta situación dolorosa contrasta tremendamente con lo que se está trabajando en el fútbol femenino y en el fútbol joven, o con la inauguración de un mini estadio en el sector de Los Verdes, construido en conjunto con la empresa privada y el gobierno regional, con cuyas autoridades tenemos una muy buena relación, independiente del color político. Este mini estadio, muy cercano al actual complejo deportivo del club, contempla una cancha de pasto sintético de última generación, y ahí trabajamos con el fútbol joven, el fútbol femenino, adulto y la Sub 19, que ha hecho una muy buena campaña.

-Siguiendo con el desarrollo del primer equipo, ¿se han puesto en el escenario de que sea una temporada fallida y eso signifique volver a la Primera B? ¿Cómo visualiza un 2026 en el Ascenso?
Sería prácticamente comenzar de cero. Pero mientras existan esperanza y posibilidades, vamos a luchar hasta el último. Aunque el panorama es difícil. Volver a Primera B significa recomenzar todo, básicamente en lo que respecta al primer equipo. Tratar de proyectar a jugadores del fútbol joven, algunos que han sido llamados a las selecciones menores, y armar un equipo para volver de manera eficiente a la Primera División, no gastando con locura, sino que con la realidad que tenemos. Esperemos que no sea así. La esperanza es lo último que se pierde.
Cesare Rossi y la venta de Deportes Iquique
-Usted anunció en marzo que el club estaba a la venta. ¿Ha habido algún interesado en comprarlo, que les dé la garantía de confianza de seguir con el proyecto?
Nosotros pusimos el club a la venta, básicamente para que lo tomara gente de la ciudad de Iquique. Han pasado cuatro o cinco meses y no hemos recibido ningún llamado de acá, de gente de otra ciudad o de otro país. Solamente algunas consultas, bastante informales, pero que nunca se llegaron a materializar. No ha habido ninguna conversación con ningún grupo ni con nadie.
-¿Lo sorprendió la falta de interés?
La situación en la que está el fútbol chileno es bastante difícil. Para los dirigentes antiguos, que llegamos al fútbol cuando no estaba el Canal del Fútbol o prácticamente no repartía nada, el escenario ha cambiado mucho. Somos gente que entramos al fútbol porque nos gusta la actividad, no por un tema económico. Soy hincha de Deportes Iquique de toda la vida y se dio la oportunidad en ese momento. Pero la verdad que está muy difícil trabajar, está muy complicado cuando vemos que hay muchos clubes con multipropiedad, muchos en los cuales los representantes también son dueños, y además de muchos jugadores. A veces uno va a pelear por ciertos jugadores y las barreras de entrada que tenemos son inmensas. En la práctica, nos toca jugar con nuestra gente o ir a otros mercados, donde los representantes que están en Chile no tienen mayor influencia. Traer jugadores de calidad está difícil por estas razones.
-¿Usted piensa que la multipropiedad en el fútbol chileno hoy afecta directamente la competitividad de los clubes?
Totalmente. No debe seguir pasando. Hay clubes que se ven en una gran desventaja, como nosotros o la mayoría de los que entraron cuando se crearon las Sociedades Anónimas Deportivas, porque no se puede competir. Creo que el Estado tiene que intervenir y revisar primero de dónde vienen los fondos de las personas que compran los clubes, quiénes son los reales dueños. Hay clubes que no sé quiénes son los dueños y se tiene que transparentar todo. La ANFP no lo ha hecho. Han pasado muchos años, se dicen muchas cosas y al final no se transparenta nada. Se tienen que revisar los orígenes de los dineros, de dónde vienen ciertas inversiones, quiénes tienen multipropiedad. Un empresario ni siquiera puede tener un 5% de un club, porque en el fondo primero se puede prestar para cualquier cosa, hasta para manejo de resultados, hasta para salvar un equipo que está en la misma categoría y afectando a otro club. Hoy día también está tan sensible el tema de las apuestas. Creo que hay que mostrar transparencia a la ciudadanía. Y para mí no se está haciendo.
-El presidente de Palestino, Jorge Uauy, en En Cancha Prime afirmó que una de las principales afectaciones de la multipropiedad a la competitividad es el acceso a los jugadores, sobre todo si los clubes están ligados a los representantes.
Concuerdo completamente. Nosotros pensamos que clasificando a la Copa Libertadores, la temporada pasada, iba a ser mucho más fácil atraer jugadores. Siempre hemos sido un club serio, que cumple a los jugadores las condiciones económicas, laborales, para entrenar y viajar. Pero la verdad que se nos hizo muy difícil. Muchos jugadores que queríamos traer cobraban tres veces sobre la realidad del mercado, sueldos inflados. Se nos fue acotando la cantidad de jugadores y cerrando por todos lados. Insisto, cada día nos cuesta más traer jugadores. Palestino, un club con el cual tenemos muy buena relación, también sufre las mismas consecuencias, aunque para ellos es más fácil atraer jugadores estando en Santiago. En el extremo norte de Chile, es mucho más costoso, sobre todo cuando al jugador chileno a veces le cuesta moverse de la zona de confort que tiene en la zona central.

-¿La visión crítica de Deportes Iquique tiene consonancia con la de otros clubes? ¿Lo ha conversado con otros presidentes de clubes o es una mirada más bien personal, de alguien que además está alejado de Santiago, de la ANFP, donde se reúne, entre comillas, el Consejo de Presidentes y se toman las decisiones?
Los antiguos, sobre todo, estamos solos. Lamenté mucho, fue un mazazo muy fuerte para nosotros la venta de O’Higgins, un club con el que también teníamos muy buena relación y puntos de vistas muy similares prácticamente en todo. Nos vamos dando cuenta que clubes con personas que son de fútbol y que conocen muy bien esta actividad y que lo han hecho bastante bien, se van alejando también porque la realidad o el momento del fútbol chileno es muy difícil. Y es muy difícil competir con las armas que nos van quedando. Obviamente, esa visión compartida no es con tantos clubes, sino que es de muy pocos clubes.
La inflación por los sueldos y el riesgo de ‘reventar’
-Cuando deciden poner en venta el club, hablan de un análisis exhaustivo de diversos factores. Uno de ellos debe ser cómo se ha generado una inflación a partir de los altos sueldos de los jugadores. ¿Les preocupa, los sufren como club?
Claramente, sobre todo que nuestros costos logísticos son los más lo más altos en el fútbol chileno, como también lo tienen que sufrir Arica o Puerto Montt. Los traslados, hoteles, pasajes aéreos, pagamos una brutalidad en logística. La inflación, sobre todo en los últimos dos o tres años, es inmensa. Se está pagando por jugadores, a veces de no tan buena calidad, sueldos estratosféricos. Esto va a terminar en algún momento reventando al fútbol chileno, porque acá, lamentablemente, los clubes no están ganando nada, los que están ganando son los representantes y los mismos jugadores.
-¿Este fenómeno inflacionario se da desde la aparición del Canal del Fútbol, desde el último contrato con el CDF (hoy TNT Sports) o es algo que venía de antes?
En algún momento se pagaron sueldos de mercado, después, con la venta del CDF, progresivamente hubo una inflación muy grande. Y no solamente la Primera División, sino que en la Primera B. Y también en la Segunda División profesional se pagan sueldos que a veces uno los escucha y son increíbles. Los costos de mantención de los clubes son tremendos y hay clubes en la Segunda División profesional que no puede subsistir.
-En consideración al actual escenario, ¿cuáles serían las grandes modificaciones que debería adoptar el Consejo de Presidente como para darle cierto equilibrio deportivo, sino que de un mejor desarrollo institucional.
Para mí lo que tiene que hacer la ANFP, y no quedarse solamente en el discurso, es transparentar quiénes son los dueños de los clubes, quiénes son los que tienen multipropiedad y quiénes son los representantes que están detrás de esos clubes. Eso es lo básico, lo fundamental para poder enrielar el fútbol chileno y para que la competencia también sea justa, sea limpia para todos los que compiten en la Primera División, en la Primera B y en la Segunda División profesional también.
-Y en cuanto a la competición, ¿es partidario de un campeonato largo o de volver a dos torneos cortos con playoffs, por ejemplo?
Es debatible. Creo que la competencia con el campeonato largo es la correcta. Es un tema de gusto también, pero nosotros somos un poco más a la antigua. Lo que el fútbol chileno hacía antes en los ’90, que era un competencia entretenida. Los campeonatos largos no solamente los pelean los equipos grandes; era un mito que el que tiene mayor presupuesto sea siempre el que logra cosas. Ahora hay equipos que están peleando la punta, como es el caso de Palestino, Audax, Coquimbo Unido.
No a la regla del Sub 21, sí al número de extranjeros
-¿La regla del jugador Sub 21 tiene lógica para usted?
Para mí, no. El juvenil tiene que jugar por talento y no por la obligación de la norma. Muchos jugadores que terminan cumpliendo la norma, son luego desechados y desaparecen del mapa de los distintos clubes. Además, la medida no da ningún resultado. Si uno analiza los últimos años de los campeonatos juveniles, salvo esta Sub 17, Chile no ha clasificado ni ha promovido prácticamente ningún juvenil. La norma no ha servido; de hecho, cuando los equipos van a jugar copas internacionales, no los utilizan y terminan jugando con jugadores que no han tenido mucha trascendencia en el equipo.
-¿El número de cinco extranjeros en cancha y seis en el plantel le parece que es el adecuado? ¿Lo aumentaría para que el mercado sea el que regule o disminuiría la cuota de extranjeros para dar más caída al jugador nacional?
El número de extranjeros en este momento es el adecuado. En otras ligas tienen uno menos, pero sobre todo cuando el mercado chileno está tomado por los representantes de clubes, a nosotros, como Iquique, nos sirve el número de extranjeros actual porque podemos ir a atacar otros mercados donde ellos no están. Si lo miro como la actividad del fútbol en general, con cinco extranjeros en cancha está bien.

-¿Le parece necesaria la separación de la Federación con la ANFP?
Es lógico, tienen que ser administraciones distintas. La Federación tiene que albergar todo lo que es el fútbol joven, el fútbol femenino, el mismo fútbol amateur y la Liga preocuparse directamente y ser bien gerenciada para que el campeonato sea mucho más atractivo y darle plusvalía.
-Pablo Milad está cumpliendo su segundo ciclo y aunque le queda más de un año. Anunció que no irá a una reelección. Queda así abierta la posibilidad de que Jorge Yunge, el secretario general de la ANFP, sea uno de los candidatos a reemplazarlo. ¿Existe hoy una oposición que pueda articularse para ir a competir en unas elecciones?
Hace mucho tiempo también que estoy medio fuera de los Consejos porque siempre participa el vicepresidente del club, quien me informa lo que sucede en la contingencia de la ANFP. Para mí hay buenos candidatos que creo lo harían muy bien. Ahora, no sé si ellos están disponibles...
-¿Por ejemplo?
En algún momento, Cristian Abumohor para mí era un buen candidato; Juan Tagle, también, es una persona muy futbolizada y que también lo ha hecho muy bien en Católica. Y también, Fernando Aguad, de Palestino, que tiene muy buenos dirigentes que podrían tomar esta posta, son gente seria. Lo principal en un dirigente que se siente en el sillón de la ANFP es que haya sufrido las contingencias que toca vivir día a día en los clubes. Los Abumohor son personas de fútbol de toda una vida, saben lo que significa meterse la mano al bolsillo, lo que significan los viajes, han estado en la interna. Tagle también lleva muchos años en Católica. Pero insisto: no sé si están disponibles. Lo mismo con la gente de Palestino, lo que han hecho en los últimos años con un equipo muy sólido que ha estado por sobre los equipos grandes de Santiago, tiene mucho valor.