Un complejo momento mostró el último episodio emitido del reality "Keeping Up with the Kardashians", donde Kim deja en evidencia lo mal que lo estaba pasando cuando estaba en proceso de separación de Kanye West. La celebridad y su familia se fueron por última vez de vacaciones para el popular programa al lago Tahoe, instancia donde mostró su estado de animo esos días. La víctima: un plato de galletas en la cocina. "¿No le dije que no a estas galletas? Me las tienen que quitar. Gané 15 libras, es como, ¿esto es una broma?. Las voy a tirar al baño", dijo Kim Kardashian. Acto seguido, su hermana Kendall Jenner intervino: "Entonces contrólate, Kim, porque me gustan". "¿Dónde está mi habitación? Solo quiero ir a mi habitación y no salir nunca", dijo la ex esposa del rapero, mostrando su frustración. Ya en el confesionario del reality "Keeping Up with the Kardashians", Khloé explicó que el arranque de Kim se debe a "ha estado luchando en privado detrás de las cámaras sobre su relación y es difícil porque, claramente, está redirigiendo gran parte de su frustración, tristeza y enojo". La celebridad expuso que "a veces simplemente tomas cosas en contra de algo que no tiene nada que ver con lo que haces", recalcando que no era culpa de las galletas la reacción de Kim Kardashians. Al momento de la filmación, Kim y Kanye West todavía estaban juntos después de atravesar un año tumultuoso que incluyó la carrera presidencial fallida del rapero, rumores de divorcio y más drama público. Algo que se concretó en febrero.