Los datos reflejan que la selección nacional se hace fuerte ante Perú en Santiago. En las rutas mundialistas, el zurdazo de Juan José Muñante, en el 1-1 de 1977, y el derechazo de Juan José Jayo (1-1- de 2000), ambos en el arco sur del Estadio Nacional, son las únicas igualdades que rescató el conjunto incaico. Un dato que otorga confianza en un momento complejo de Chile, que necesita sumar con urgencia en el Monumental para no entrar en crisis.
El triunfo no sólo implica acomodarse en la tabla de posiciones, justo antes del viaje a Venezuela. Es la ocasión de afirmar el proceso de Eduardo Berizzo, que, por los malos resultados de los amistosos y las expectativas desmedidas e irreales de la hinchada y un sector de la prensa, camina por el borde del precipicio. Está solo con su cuerpo técnico y el convencimiento de los futbolistas, a quienes les agrada la forma de trabajar. La intensidad que exige el cordobés es lo que requiere la alta competencia, en un medio donde no abunda la dinámica.
La jornada del martes trastocó, al parecer, la formación que el entrenador dibujó en los croquis. Charles Aránguiz no sería de la partida y daría paso a Víctor Felipe Méndez o Víctor Dávila. El exvolante de Unión Española no tuvo minutos en la derrota ante Uruguay y el empate frente a Colombia. Todo indica que Chile apuntará a presionar y salir rápido, con la velocidad de Ben Brereton en la izquierda y la capacidad de Alexis Sánchez como factor de desequilibrio. Diego Valdés viene en alza y su presente en el América de México ilusiona. Es la opción de que refrende lo que regala en la liga azteca. Si arranca Dávila, el formato tendrá un tono más ofensivo, con el iquiqueño cerca de Brereton. Su buen remate da más opciones.

De acuerdo con lo que llega de la concentración peruana, el técnico Juan Reynoso bloqueará la zona derecha con Aldo Corzo como lateral y Luis Advíncula más adelantado, en una función similar a la que mostró por Boca Juniors ante Colo Colo en la Copa Libertadores. La imagen de Paolo Guerrero suele intimidar. Aislarlo es uno de los objetivos de La Roja, que repetiría el fondo que jugó de gran forma en el 0-0 ante Colombia. Matías Catalán, Gary Medel, Guillermo Maripán y Gabriel Suazo son los elegidos. Paulo Díaz, de notable nivel en River Plate, por ahora aguarda.
El juego aéreo es una faceta que Chile espera redituar, con Catalán, Maripán, Erick Pulgar, Rodrigo Echeverría y Brereton. Medel también aporta en ese apartado. La pegada de Valdés es determinante. El trabajo de Echeverría, Pulgar y Méndez establecerá la capacidad del equipo para recuperar el balón y cortar los circuitos de un mediocampo donde Pedro Aquino y sobre todo Yoshimar Yotún generan salida y desahogo. Con Dávila surge la interrogante del retroceso. Ese sería su desafío, aunque su manejo entrega desequilibrio en los 30 metros finales.
La carencia de gol es un problema a esta altura endémico en la selección. Berizzo busca variantes con dos centrodelanteros: Felipe Mora y Diego Rubio, más la alternativa como segunda punta de Alexander Aravena, uno de los que creció con el entrenador y aprovechó su posibilidad en la fecha FIFA de marzo, en la victoria sobre Paraguay (3-2). Chile a la cancha con la ilusión de siempre. Necesita ganar para sostener el proceso y evitar que los aventureros, agazapados, operen y pongan en la banca a uno de sus amigos.