En el barrio, se les conoce como chuzos, troncos o pataduras. Son esos futbolistas que están eternamente peleados con la técnica depurada y que, de una, le pegan fuerte y derecho para adelante nomás. Útiles, sin dudas, pero poco vistosos. Si lo llevamos al fútbol internacional, en esa categoría cae perfectamente Yoel Gustavo Suárez...
Contexto: segunda división de Paraguay y se medían Encarnación ante Tacuary. Minuto 72′, ataca Encarnación, el defensor trata de despejar y marca un autogolazo (en rigor, la pelota le rebotó a Franco Emiliano Pelozo, así que él fue el autor del tanto, en definitiva). Horror defensivo que le costó caro al zaguero: el club decidió rescindirle contrato, luego de tan vistosa aberración...