Leonel Herrera, histórico exjugador de Colo Colo, se sumergió a los recuerdos de la Copa Libertadores conseguida en 1991 y a 29 años exactos de su obtención analizó cada momento en diálogo con Encancha.
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El exlateral destacó lo inédito de marcar un gol en una final, siendo que era el primer partido que le tocó jugar en la Copa, en una final que describió como de película y sueño de cualquier jugador.
Además, tuvo palabras para la relación con su padre, también histórico del club y finalista de la Libertadores con el recordado equipo albo de 1973, a quien considera un amigo.
A 29 años del logro más importante de un club chileno ¿Ha pasado muy rápido el tiempo?
"Han pasado tantos años que uno no se da cuenta. Cuando la ganamos, pensamos que iban a pasar 10 años para que otro club lograra ganarla. Han pasado 29 y nos siguen recordando, lo que significa que cada vez toma más valor ese logro. Los recuerdos están todos demasiado frescos".
¿Que le parece su situación, primer partido que le tocaba jugar y marca el gol del título?
"Si tú escribieras un libro y quieres que tenga final feliz, no podía ser otro que ese. Primero tener la posibilidad de ser parte de un plantel con grandes jugadores, estuve en todas las citaciones de los partidos de la Copa, viví el proceso como uno más y la chance que se me dio de jugar una final y además convertir un gol, debe ser el sueño de cualquiera, es algo inimaginable. Además, se suma lo de mi padre que estuvo tan cerca de ganarla en 1973, fue como responderle a él, por algo que tanto había luchado. La carga emocional fue muy grande".
¿Que le dijo su padre antes de la final ante Olimpia?
"El siempre me contó lo que había costado llegar a esa final en 1973, pero también fue muy astuto y sabía lo que sentía el futbolista, por lo que no me quiso poner una presión extra en el día del partido, lo que sí, me deseó toda la suerte y al igual que yo quería con ansias que lográramos el título".
¿Cómo fue el reencuentro tras ganar la Copa?
"Lamentablemente no pudo estar en el estadio, ya que dirigía en ese momento a Deportes Temuco y le tocaba partido el fin de semana, pero cuando termina el encuentro de una radio me ponen los fonos y tuve mi primer contacto con él y a la vez en la otra linea mi mamá, hablamos los tres en simúltaneo y la emoción fue gigante, los tres llorando. Mi papá estaba eufórico, creo que la disfrutó más que si la hubiera ganado él. Para mí esa noche fue muy emocionante, por esa carga histórica y familiar que tenía".
¿Como describe la relación con su padre?
"Extraordinaria, más que padre e hijo, somos amigos, nos tenemos mucha confianza, muy partner, Siempre cuando me preguntaban quién era mi ídolo, yo digo que mi referente es el que dormía en la pieza de al lado. Yo a él lo veía como se cuidaba, entrenando más de lo normal, lo profesional que era, cumplía con todos los requisitos para ser una imagen a copiar. Yo vengo de una familia que estamos tocados por la varita mágica, Eladio Rojas era primo hermano de mi padre y el fue quién hizo el gol que le dio a Chile el tercer lugar en el Mundial de 1962, entonces más que un título fue quedar en la historia de la familia y con un final tan bonito".
¿Es verdad que hoy tiene un grupo WhatsApp en el que están todos los que ganaron el título?
"Si, estamos todos, incluso nos acordamos de los fallecidos. El grupo es espectacular, hablar con ellos es como si esto hubiera pasado la semana pasada y te das cuenta de lo extraordinario que era, si tuviera que decirte uno que fuera aislado o con ganas de sobresalir, te mentiría, todos integrados, había una unión tremenda, el que no jugaba apoyaba al que entraba y así. Yo creo que un grupo humano como ese, es muy difícil que se vuelva a repetir. El el WhatsApp recordamos anécdotas, estamos más viejos y nos ponemos más sentimentales, pero es parte de la vida, es todo muy bonito".