Entrevistas

“Hoy en la U todos sienten que caminan en la cornisa. No se planifica nada”

Mariano Puyol fue uno de los DT de las series menores despedido esta semana por el club. No tiene resentimientos, pero dice que está preocupado por lo que pasa en la institución: “Todo se quiere de inmediato o si no, se desecha”, dice.

Mariano Puyol dice -y repite- que son "gajes del oficio" cuando se le pregunta cómo se siente tras ser despedido esta semana por Universidad de Chile -club en el cual es símbolo- de su función como entrenador de las series menores. "Esta es la tercera vez que me echan y segunda vez que despiden los mismos que están a cargo del club" señala el ex delantero. "No me siento frustrado ni dolido. Hay proyectos por hacer y tengo ganas de seguir adelante con mi carrera".

Hace rato que Azul Azul está dando señales de no tener proyectos sólidos. Usted llegó a dirigir esta vez amparado en un plan para las divisiones menores encabezado por Hernán Caputto, pero a los pocos meses él se hizo cargo del primer equipo y luego lo despidieron. ¿No es eso una mala señal?

"Por supuesto. No puede realizarse un buen trabajo a mediano plazo si los planes no se mantienen en el tiempo. Y en la U, eso viene pasando hace tiempo. Lo de Caputto fue un gran error porque se debió esperar a que él terminara su labor antes de ser evaluado y despedido. Pero no. La U optó por echarlo, traer a Dudamel y como no resultó, lo echaron también. No hay opción de proceso si esa es la mentalidad de quienes toman las decisiones".

Tal forma de actuar debe crear sensaciones de inestabilidad…

“Por supuesto. Eso se vive y se respira en Universidad de Chile. Hoy en la U todos sienten que están caminando sobre la cornisa. Y me refiero no solo a los funcionarios o entrenadores, sino que también a los jugadores del primer equipo. Si no hay resultados inmediatos, si no se logra ganar, los dueños y accionistas que dirigen el club los echan a todos y traen nuevos nombres. No se planifica nada. Todo se quiere de inmediato o si no, se desecha. Así es muy difícil aspirar a cosas mayores”.

Mirando a la UC con envidia 

¿Se puede hablar de un modelo, de un sello de la U?

"El sello de la U es el que da su historia. Universidad de Chile tiene el perfil de juego de sacrificio, de ir por todas, de luchar. Pero eso en estos momentos no está primando a la hora de formar jugadores y de contratar para el primer equipo. No hay un modelo, sino que solo una cultura del corto plazo, de tratar de obtener logros sin una propuesta única o identificatoria".

¿Se ha perdido la mística con  la llegada de las sociedades anónimas?

“Yo valoro muchas cosas de la llegada de las sociedades anónimas. Hoy existe la infraestructura que yo no tuve nunca como jugador de la U. Tampoco hay atraso en el pago de los sueldos, de las imposiciones. Claro que todo eso es bueno. Pero lo que echo de menos es la unidad que antes existía entre todos los estamentos del club. En mis tiempos de jugador, siempre se decía que todos debíamos poner la pelota al centro, vincularnos con ella para que el equipo funcionara. Los dirigentes también se comprometían a eso y por ello había una mística que hoy parece lejana”.

¿Se puede en estos tiempos pensar en algo tan romántico como la mística, el amor a la camiseta?

"Sin duda que los tiempos han cambiado, pero hay cosas que se pueden recuperar. Por ejemplo, los que hablábamos: el deseo de tener identidad propia. En eso, reconozco que envidio lo que está haciendo Universidad Católica que ha logrado definir sus principios institucionales y que los impone sea quien sea su entrenador".

La UC cuenta además con un gerente deportivo que ejecuta de acuerdo a esos principios. ¿No pasó eso en la U con Rodrigo Goldberg y Sergio Vargas?

"Ellos pudieron tener las mejores intenciones e ideas, pero no tuvieron la autonomía de decisión que se requiere en este tipo de cargos. Tati Buljubasich en la UC ha sido un modelo único porque ha tenido esa autonomía y se ha encargado de ejecutar muy bien el proyecto institucional. En la U y también así lo hemos visto en Colo Colo, los gerentes deportivos son ex jugadores que pueden querer lo mejor, pero que no tienen la posibilidad real de tomar decisiones. Están bajo la tutela directa de los dueños, con muy poco margen de maniobra".

¿Se ve usted en un cargo así a futuro?

“No, la verdad es que, bajo estos esquemas, es muy difícil entusiasmarme con algo así. Tampoco tengo ganas de ser entrenador de primeros equipos. No. Lo que me gusta es la labor formativa y en eso y también trabajar en estadios y universidades es donde me veo de ahora en adelante. No me echo a morir por este despido. Son gajes del oficio”.

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