Dejarlo todo para irse a Estados Unidos a probar suerte. Una historia que en 2023 parece repetida, pero que no por eso deja de resultar atractiva, sobre todo cuando se persigue un sueño que, cuando se termina dando, produce una satisfacción doble.
Pregúntenle a Nicolás Cortés, chileno, de cortos 22 años. Hizo inferiores en la Universidad Católica, donde llegó hasta la Sub-16, y luego completó su proceso de formación en la Unión Española. Eso sí, decidió tomar un camino distinto al resto. Hizo sus maletas y se fue a la tierra del Tío Sam en 2020.
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El jugador aceptó la oferta de la Fort Hays State University y emprendió rumbo a Kansas. "Venir a Estados Unidos me dio la posibilidad de jugar al fútbol y estudiar al mismo tiempo. Eso era algo atractivo", le cuenta el jugador a En Cancha desde Norteamérica.
Por temas académicos y futbolísticos, decidió cambiarse a la Drake University, esta vez en el estado de Iowa, donde va por su segundo semestre. "El nivel es muy alto y por eso tomé esta opción. Sentí que en Chile se me estaban cerrando un poco las puertas".
-¿Por qué lo dices?
No veía mucha esperanza de llegar al fútbol profesional. Luego de salir de Católica y pasar por Unión Española, sentía que mi camino era seguir apostando a equipos más chicos, buscando una oportunidad, que se podía dar, pero claramente era más complicado. Aposté a jugar y estudiar, donde puedo sacar mi título en un año y medio más si todo sale bien. Además, el sistema estadounidense se basa en que después los jugadores universitarios pasan a ser profesionales. Se ve en la NBA, en la NFL, en cada draft que se realiza, donde vienen los entrenadores y los clubes para acercarse y proponerte un contrato.
-Me imagino que tomar la decisión fue complicado...
Dejar todo fue difícil, pero fue un proceso lento, paulatino. Poco a poco me fui dando cuenta que era una opción real, que la tenía ahí a la mano, y que la tomé también en conjunto con mi familia. Nos llamaba la atención ese crecimiento personal que te da esta experiencia, el comenzar a vivir solo, el cocinarte solo, el introducirte en una cultura distinta, con un idioma diferente. Todo eso te hace crecer y te da herramientas para enfrentar la vida misma. Lo bueno es que cuando llegó el punto de tomar la decisión, no fue de la noche a la mañana, ya venía dándole vueltas al tema.
-¿Y el nivel universitario en Estados Unidos es bueno?
Sí, es muy alto. Si lo comparo con Chile, te puedo decir que es un poco más duro que una juvenil de un equipo grande. Hay chicos de otros países que están en la misma que yo, que vienen con un recorrido en inferiores en otros lugares y con historias parecidas a la mía. Hay ingleses, mexicanos, de todo. Todos luchan por un puesto y nada se queda atrás. En cuanto a infraestructura, no hay de qué quejarse. Ves cosas que ni los equipos grandes tienen.
Codeándose con los cracks de la UC y la Unión Española
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-¿Algunos de tus compañeros en la UC y la Unión Española llegaron a Primera División?
Casi todos, je. En Católica yo jugué con Marcelino Núñez desde los siete años hasta los 17. El "Pollo" Valencia también fue compañero mío, que ahora está en Italia. Gonzalo Tapia también, que es dos años menor, pero sigo teniendo contacto con él. Lo mismo con Bruno Barticciotto, Clemente Montes. Compartí con César Munder, Marcelo Suárez, Aaron Astudillo, Yerco Oyanedel, entre otros. En la Unión jugué con Carlos Palacios, que ahora va a firmar en Colo Colo, con Víctor Felipe Méndez, que está en Rusia, con todo el clan Galdames, Bastián Yáñez... Eso me tiene tranquilo, porque si fui capaz de jugar con todos ellos significa que tengo el nivel para proyectarme en el futuro.
-¿Volver al fútbol chileno es una de tus metas?
Me gustaría seguir jugando, ya sea acá o en Chile. No sé en qué nivel, porque sé que si retorno al país voy a tener que demostrar y empezar de más abajo. Pero me gustaría, yo sé que se puedo. Tengo varios compañeros que han vivido ese proceso, de pasar del fútbol universitario al profesionalismo. Nicolás Solabarrieta, por ejemplo, tuvo opciones después allá, jugó en Lautaro, Palestino, estuvo en Uruguay y hoy se fue a Italia. Recién empezó a destacar esa camada de chilenos que se vino a Estados Unidos y ahora quieren brillar. El Nico fue el primero, pero venimos otros con deseos de jugar también.