Durante la noche de este jueves se conoció que el español Juan Manuel Lillo era uno de los candidatos para asumir el banco de La Roja tras la salida de Reinaldo Rueda, lo que generó una ola de comentarios en las redes sociales, ya que el europeo no cuenta con buenas campañas como director técnico. En su carera, muchos jugadores lo han indicado como uno de los mejores, sino el mejor entrenador que han tenido. Sin embargo, los números muestran una realidad distinta a lo vivido por los futbolistas que dirigió, entre los que destaca Pep Guardiola, quien incluso lo tiene hoy de ayudante en el Manchester City. Su trayectoria comenzó en 1988 en el Mirandés, que en ese entonces cursaba la cuarta categoría de España, división de la que logró salir gracias al ascenso conseguido con Lillo como DT. En la siguiente temporada, el vasco salió del club por desacuerdos con la directiva. Tras ello, dirigió una temporada al Cultural Leonesa de la Tercera División sin lograr el objetivo y en 1992 inicia su periplo por Salamanca, el equipo más importante de su carrera, donde en su segundo año al mando de la escuadra logró ascender de tercera a segunda y 12 meses después llegó a la Primera División de España. Dos ascensos consecutivos. En 1995 se convirtió en el entrenador más joven en dirigir en La Liga de España con 29 años, sin embargo tuvo un ingrato estreno, ya que tras 28 jornadas el club estaba penúltimo en la Tabla de Posiciones, a cuatro puntos de la salvación, por lo que fue destituido con un 28,57% de rendimiento. No obstante, Lillo comenzó la siguiente temporada dirigiendo en Primera, pues tomó el mando del Real Oviedo, pero tras 34 jornadas solo había ganado 10 encuentros, empató 8 y perdió 16, por lo que también fue despedido, esta vez con un rendimiento de 37,25%. Luego, en la temporada 1997-1998 se convirtió en el bombero del Tenerife, pues asumió el equipo a falta de 13 jornadas, cuando el club estaba en zona de promoción. El vasco cumplió el objetivo y dejó al club en la máxima categoría, por lo que se ganó la renovación para el siguiente año, donde nuevamente fue despedido, ya que tras 15 partidos solo registraba 2 triunfos, 7 empates y 6 derrotas, con un 28,89% de rendimiento. Finalmente, el español llegó al Zaragoza el 2000, año en el que tenía la posibilidad de dirigir al equipo en la Copa UEFA donde fue eliminado rápidamente por el Wisla Cracovia, lo que sumado a su pésimo inicio de liga, 2 empates y 2 derrotas, Lillo fue despedido a tres meses de haber asumido su cargo con un rendimiento del 27,78%. Este despido del vasco le valió convertirse en el técnico que más destituciones tuvo en la Primera División de España en menos tiempo, pues Lillo fue cesado de cuatro equipos diferentes en cinco temporadas. Tras su salida de Zaragoza, el europeo comenzó su periplo nuevamente por la Segunda División de España, donde no pudo repetir las buenas campañas que tuvo anteriormente y tras pasar por Dorados de Sinaloa y un regreso a su país natal, donde volvió a dirigir en la Primera División al Almería con un rendimiento de 36,19%, Lillo desapareció del radar futbolístico. Eso, hasta 2014 cuando asume como entrenador de Millonarios de Colombia, donde no tuvo un buen paso y fue destituido luego de nueve meses en el cargo. Después de su salida, el vasco llegó a La Roja como ayudante de Jorge Sampaoli tras la salida de Sebastián Beccacece, aunque solo alcanzó a estar en el empate ante Colombia 1-1 en el Estadio Nacional y la dura derrota por 3-0 ante Uruguay en Montevideo, en las clasificatorias para Rusia 2018. Luego de su salida de Chile, acompañó a Sampaoli al Sevilla, pero luego asumió como DT del Atlético Nacional en reemplazo de Reinaldo Rueda, sin embargo fue despedido luego de 26 partidos. Después dirigió al Visel Kobe de Japón y al Qingdao Huanghai de la Segunda División de China, donde consiguió el ascenso antes de irse a trabajar con Guardiola al Manchester City. Hoy Juanma Lillo es el principal candidato de la ANFP para asumir como el nuevo técnico de La Roja, el cual podría ser presentado durante la próxima semana.