Ricardo Noir tuvo un paso fugaz por la UC pero muy exitoso. El delantero argentino estuvo en el 2016 en los "Cruzados", donde jugó 40 partidos y anotó 7 goles. Allí levantó una Supercopa y el Campeonato Nacional, de la mano de un Mario Salas que comenzaba a cambiar la historia de "La Franja", haciendo que se acostumbrara a los éxitos. "Me quedé muy identificado con el club. Me hicieron sentir cómodo desde el presidente hasta el último empleado. En esos momentos hicimos un grupo bárbaro. Sabíamos cuál era la meta grupal. Se juntaron todas las fuerzas para hacer un gran equipo", señala "Tito", hoy en el Palmaflor del fútbol boliviano, en conversación con En Cancha. ¿Cómo recuerdas ese paso por la UC? Fue todo hermoso, una experiencia espectacular. Encima me tocó jugar casi el cien por ciento de los partidos. Después de que se me terminó el contrato extrañé un montón el fútbol chileno, el club. A mi mujer le decía: "Ojalá que me llamen de Católica, ojalá que me llamen de Católica...". Mi familia la pasó muy bien. Me costó después de dejar la UC retomar mi nivel. Habíamos hecho una dupla ahí muy buena por la banda con el "Poncho" Parot, lo mismo arriba con el Nico Castillo, Buonanotte, el "Chapa" Fuenzalida en la otra banda. Me quedé con sabor a poco. Yo sé que en el fútbol los momentos son más malos que buenos, porque campeón sale uno solo, pero allí fueron todos momentos lindos. ¿Qué pasó que no pudiste quedarte en Católica y tuviste que volver a Racing? Yo me quería quedar, pero mi pase pertenecía a Racing. Allí había vuelto Diego Cocca, que me había llevado, y me dijo que no me volviera a Chile, que me quedara. No peleé tanto para volver a Católica porque tenía que ser agradecido con la persona que me llevó de Banfield a Racing. Me abrió la puerta, es un club grande también, hermoso. Quería seguir en Chile, pero no se dio. Había que pagar la cláusula estipulaba pero era mucho para la UC. Me fui en buenos términos. Siempre hablo con el "Tati" Buljubasich, hay buena relación. Sé que pagaron un préstamo muy caro en su momento y eso lo reconozco. Le pasa al argentino que va a Católica que termina enamorándose del club. Es cosa de mirar a Diego Buonanotte, que juega poco pero aún así sigue mostrando deseos de quedarse. Sí, obviamente. Hablo siempre con el "Enano". Sé que él siempre quiere jugar, porque es competitivo y siempre quiere estar, pero cuando estás en un club que te da todas las comodidades y que te trata bien, no te quieres ir. Sé que volver a Católica es difícil. Es un club grande, que pelea cosas, siempre contrata jugadores que están muy bien en la actualidad. Pero me gustaría tirar los últimos cartuchos ahí en el fútbol chileno. Si fuera por mí, todavía estaría firme ahí jugando con el "Enano". Tienes 34 años, estás vigente aún... Sí. En algún momento, antes de irme a San Martín de Tucumán, me habían llamado de Iquique, miré la tabla, estaban mal, pero no me importó, quería volver al fútbol chileno porque me había gustado. Ahí se juega un fútbol con espacios, muy dinámico y eso a los extremos nos gusta. No quería esperar tanto y me volví a Argentina. Después del Covid me lesioné dos veces, pero ahora estoy pleno. Donde uno se sintió cómodo siempre quiere volver. ¿Un llamado de Colo Colo o la U, se atiende o no? No creo que me llamen. Y si me llaman, lo llamo al "Tati" de vuelta, le digo mira de dónde me están llamando, así que ponte las pilas, jajá. Te tocó compartir con Nicolás Castillo, jugador que después de ese renacer en la UC la pasó realmente mal con el tema de su trombosis en México. Estuvo casi dos años sin jugar... Supe de sus lesiones, que la pasó muy mal. Perdí su contacto porque en Argentina me robaron el teléfono, pero por Instagram le hablé para darle mi apoyo y ahí charlamos. Yo siempre quiero que le vaya bien. Sé que va a volver a estar como siempre, porque tiene una fuerza mental increíble y una potencia física bárbara. Si está en Brasil es por algo, contratan jugadores de elite allí. Ni hablar de que si se pone bien puede ser alternativa en la Selección. En Boca Juniors te tocó compartir con otro ídolo "cruzado": Gary Medel. ¿Era tímido en esa época o ya mostraba chapa de jugador bravo? Era tímido en el camarín cuando llegó, pero en la cancha igual que ahora, bravo, metedor, y por eso se metió a la gente de Boca muy rápido al bolsillo. En los entrenamientos era un animal, pero las estrellas del equipo lo integraron rápido y lo hicieron sentir muy cómodo. Seguramente sintió el miedo al ser su primera experiencia en el extranjero, pero lo llevó bien, y sobre todo en Argentina, donde no se mira muy bien al brasileño y al chileno en lo futbolístico. Pero, metió dos goles en un Clásico y se rindieron ante él. La garra que él ponía es la misma que sigue poniendo ahora. El otro día lo vi jugando por el Bologna (ante el AC Milán), donde se quedaron con dos jugadores menos y él metía como loco. Aguerrido siempre. Estábamos en pretemporada en Tandil, y lo llamaron a "Coco" Basile para decirle: "Lo siento, pero hay que vender a Gary". Lo había llamado el Sevilla y no había mucho que hacer.