¡Comienza Wimbledon! En rigor, el prestigioso certamen tenístico que se disputa en Inglaterra ya está en pleno desarrollo, con la disputa de la qualy para entrar al cuadro principal.
Pero el 30 de junio venidero arranca el main draw del tercer Grand Slam de la temporada y el mundo del tenis ya se frota las manos para disfrutar del certamen más tradicional de la disciplina.
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Una vez más, tal y como ocurre desde 1877, los aficionados podrán ver cómo se desarrollan las más arraigadas tradiciones en el torneo londinense. El inmaculado blanco de los contendores, el saludo a La Reina aunque no esté presente, el césped... ¡El césped! Sí, el pasto mismo del All England Lawn Tennis and Croquet Club, quizás la superficie más famosa del mundo en que se desarrolla un evento deportivo.
Con todo lo que se ha escrito y relatado mil y una veces sobre la Catedral y su mística, hay todavía algunos aspectos desconocidos para un seguidor promedio y, algunos de esos dicen relación directa con el mítico pasto de Wimbledon.
La medida exacta del césped de Wimbledon
¿Sabe alguien, por ejemplo, cuánto mide el césped de Wimbledon? Esa respuesta no admite medidas a la chilena del tipo “cortito”, “que quede a la pinta” o “parejito”...
Es tal la precisión, que el pasto de la cancha debe estar a 8 milímetros. No 7,9 ni 8,1, sino exactamente 8 milímetros de altura, ya que se ha demostrado empíricamente que esa es la medida perfecta para la velocidad y el bote de la pelota.
Pero, ojo, porque esos 8 milímetros solamente serán considerados para la competencia. El resto del año, en que la cancha central no se utiliza, se debe mantener a 13 milímetros de altura.
Todos los días se corta el pasto y, para asegurar la medida deseada, el trabajo se realiza con máquinas de precisión y tecnología láser.
La impresionante exactitud y lo corto del césped sorprenden, sobre todo si se consideran otras superficies famosas. Llevando esta matemática al golf, por ejemplo, un green en el Masters de Augusta se calcula en unas 0,35 pulgadas; es decir, unos 9 milímetros.
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Otros datos sorprendentes en el cuidado del césped de la Catedral
Tan minucioso es el cuidado de las canchas de Wimbledon, que existen varias otras medidas que no dejan de llamar la atención.
La superficie tiene que estar seca y dura para que el juego sobre ella sea óptima (mala idea hacer un torneo en Londres, donde llueve a cada rato, pero en fin). Es por eso que cada cancha tiene una lona para cubrirla. Esta pesa alrededor de una tonelada y hay 17 funcionarios designados para desplegarla, en un tiempo que va entre los 22 y 28 segundos. Claro, se moja y todo se estropea.
El forraje utilizado es Ryegrass Perenne (oh, curioso, el nombre coloquial de esa cepa es césped inglés) y se requiere alrededor de una tonelada de semillas anualmente, para permitir el recurrente resembrado. Además, se usan en el cuidado de las canchas unos 11.350 litros de agua, cuando no se está jugando, obvio...