U. De Chile

Un plantel confundido: Las decisiones de Dudamel que tienen a la U al borde del precipicio

El DT venezolano sigue sin encontrar el rumbo, y poco a poco, comienza a perder el control del camarín.

La "Montillodependencia" fue el concepto más escuchado en la U durante el 2020, sobre todo tras la reanudación del fútbol chileno luego del receso por la pandemia. Y aunque en los medios se nombraba como un defecto, al interior del plantel no se veía como un problema.

El hecho de que el rendimiento del equipo se supeditara tanto en lo que podía hacer Walter Montillo le daba un rumbo al equipo, incluso si los resultados no aparecían. Y ese faro es el que se ha perdido completamente tras la llegada de Rafael Dudamel a la banca: la estrella, el ídolo histórico que volvió al club después de una década, pasó de ser el ídolo de muchos, sobre todo los más jóvenes, a ser uno más, que dejó de ser titular indiscutido.

Si bien es un hecho que el argentino bajó considerablemente su nivel tras anunciar su decisión de retirarse del fútbol una vez terminado el torneo, Universidad de Chile sigue siendo "Montillodependiente", anímica y futbolísticamente. Así se vio reflejado una vez más la tarde del domingo, en el pobre empate conseguido en el Estadio Nacional ante Deportes Iquique. Pese a que jugó apenas los últimos 15 minutos, sus jugadores siguen buscándolo, casi involuntariamente.

Sin esa referencia en la cancha, la U pierde cada vez más el rumbo en la cancha, uno de los factores que han perjudicado el rendimiento del equipo y lo tienen seriamente complicado con la posibilidad del descenso, con una posición en la Tabla Ponderada que sigue siendo preocupante.

Ya no hay titulares fijos

Salvo por Fernando de Paul y Joaquín Larrivey, ningún jugador en el plantel azul se siente como titular seguro, comentan en el CDA, ya que el resto de la oncena suele cambiar partido a partido. Los únicos que lograron ganarse su confianza fueron Luis Casanova y Gonzalo Espinoza, pero el resto de las posiciones se ha caracterizado por una rotación constante.

Es cosa de ver el tema de los laterales, donde Matías Rodríguez y Jean Beausejour pasaron de ser inamovibles -pese a las críticas de los hinchas en redes sociales- a tener que enterarse cada semana si seguirán o serán reemplazados por Augusto Barrios y Luis del Pino, respectivamente. El "Mati" y el bicampeón de América, tal como Montillo, eran jugadores en el plantel a quienes el resto miraba como referencias.

Aunque trata de darles confianza, otros jugadores como Ángelo Henríquez y Nicolás Guerra pasan un día de ser titulares, a quedar fuera de las citaciones, simplemente "por decisión técnica".

Dudamel no tiene favoritos, ni siquiera su compatriota Del Pino, y eso puede ser bueno porque fomenta la competencia. Pero al mismo tiempo ha generado que los veteranos pierdan peso en el camarín, y que los más jóvenes no sepan a quién recurrir cuando las cosas se complican.

Un tema de personalidad

En el Centro Deportivo Azul dicen que el plantel no está molesto, pero sí "confundido", y mucho de eso tiene que ver con la personalidad y estilo de Dudamel. El venezolano se muestra cercano en los entrenamientos y en el trato con los jugadores, pero desconcierta a varios en pequeños detalles, como no ser claro en quiénes jugarán el próximo partido.

Además, son varios los que están incómodos con su forma de dirigir en los partidos. Ante Iquique incluso tuvo un duelo verbal con el DT de los "Dragones Celestes", Cristián Leiva, el tipo de distracciones que un equipo que de por sí se siente presionado no necesita desde el borde de la cancha.

Pero tal vez lo más grave es lo futbolístico. Si bien el equipo sigue obedeciendo sus planteamientos e instrucciones, comienzan a aparecer ciertas "rebeldías" en medio de los partidos; han sido varias veces ya donde los jugadores, al ponerse en ventaja, tiene el impulso de buscar aumentar la cuenta, mientras Dudamel los insta a retroceder un par de metros en la cancha para "manejar" el resultado.

Con estadios vacíos donde se escucha todo, esta discordancia ha quedado en evidencia un par de veces en la misma transmisión televisiva, donde el DT venezolano tiene que repetir dos o tres veces la misma orden antes de que el equipo finalmente obedezca. Y los resultados claramente no le están dando la razón.

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