Entrevistas

Fabián Cerda y su paso por Segunda División: "Gastar cinco mil pesos me dolía en el alma"

El futbolista chileno, como se dice, acostumbra a dar "la vuelta larga". Los jugadores nacionales no se caracterizan por madurar a temprana edad, y así lo demuestra Fabián Cerda. El exportero de Universidad Católica, tras debutar en 2009 en los "Cruzados", tuvo un paso por Trasandino de Los Andes, en aquel entonces en Segunda División. Para Cerda, fue una experiencia que lo marcó de por vida.

Tras mantenerse durante cinco años en Universidad Católica, donde obtuvo el Campeonato Nacional 2010 y la Copa Chile 2011, el destino alejó al arquero de la precordillera santiaguina. Tras un breve préstamo en Cobresal en 2014, volvió a la UC para el primer semestre de 2015. Sin embargo, el contrato del jugador terminó y, tal como menciona, salió del mundo de fantasía. En entrevista con En Cancha, el arquero de Curicó Unido, Fabián Cerda, contó su experiencia en Segunda División.

"Fue un cambio brusco en el sentido de que en Católica vivía el mundo de Bilz y Pap, en una burbuja que tenía de todo. Sin desmerecer a Trasandino, me hizo ver que la vida no solamente tiene cosas lindas, hay cosas feas también. A veces no tenías agua y no te podías bañar, no tenías ropa para entrenar y tenías que hacerlo con tus cosas, a veces no había colación, tenías que viajar durante 20 horas… El cambio de equipo me hizo ver las dos caras de la moneda", confiesa Cerda.

¿En que te ayudó este paso en tu carrera profesional?

Me ayudó a valorar lo que en un momento no me daba cuenta. En su momento gastar cinco mil pesos me daba lo mismo, pero en ese momento, gastarlo dolía en el alma. Me ayudó a crecer como persona y como profesional. Fue un gran salto para lo que venía después. Ellos me ayudaron para ir a jugar a Estados Unidos, de donde comenzó todo para tener continuidad en mi carrera.

El paso por Estados Unidos

Tras salir de Trasandino de Los Andes, donde disputó 42 encuentros entre 2015 y 2016, Cerda se integró al FC Tulsa de la USL Championship, correspondiente a la segunda división del fútbol estadounidense, donde se mantuvo por 2017 y 2018, antes de su retorno a tierras nacionales.

¿Cómo fue tu experiencia de jugar fuera del país?

Fue una experiencia espectacular. Era un paso muy importante para jugar. Independiente de lo que ganara en Estados Unidos, que era muy poco, yo me fui a cumplir mi sueño, a dar el salto para volver a un equipo de Primera División en Chile. En Estados Unidos agarré continuidad, a los cuatro o cinco meses de haber llegado allá me querían renovar contrato, lo hice por dos años más al que ya había firmado. El esfuerzo y la perseverancia que trajeron recompensas después, porque pude volver a Chile.

¿Fue muy grande el cambio cultural?

Es totalmente distinto. Yo no hablo inglés. Al principio me costaba, después empecé a entender. A la vez, el 70% del equipo era latino. Todo se fue adecuando a lo que había tenido en Chile. Me adapté fácil para relacionarme con la gente. El ambiente de los estadios era increíble. Después de cada partido uno tenía que pasearse por la cancha saludando a la gente, aunque perdiéramos. Acá, si pierdes, tienes que prácticamente esconderte para que no te llegue un proyectil o te insulten.

Con respecto a los objetivos en Estados Unidos, ¿siempre fue volver al fútbol chileno?

Lo que quería era dar el salto a la MLS. Tuve la posibilidad de haber entrenado dos semanas en el Chicago Fire, pero porque era extranjero no se dio la posibilidad de firmar un contrato. Yo quería seguir allá. Aposté a cumplir mi sueño del fútbol, de emigrar, siento que me la jugué en eso. Hoy disfruto a mis hijos en Curicó, pero ahora vivo cerca de mi familia, por eso decidí venir a Chile. Tuve otra oportunidad de volver a Estados Unidos a la USL, pero por estar cerca de mi familia no se dio.

¿Qué diferencia hay entre el fútbol chileno y el de Estados Unidos? 

En Estados Unidos el fútbol era más una diversión. Allá hacías una rabona o una chilena y todos se volvían locos. Acá hacerlo es normal, porque el latino juega así. Allá, para la gente, es más llamativo el espectáculo. Volver a Chile era volver a tener el puesto que perdí y donde creía que merecía estar, en Primera División. Toda esa vuelta larga, al final y al cabo, te hace dar cuenta que es ahí donde debes estar y donde debes apuntar.

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