El increíble prodigio que puede ser campeón de Champions y del Mundial Sub 20 en 24 horas

Valentín Carboni es uno de los “rebeldes” que decidieron dejar su club en Europa para jugar el Mundial Sub 20, que se inicia este sábado en Argentina. El zurdo tiene 18 años y actúa de mediapunta o trequartista. Y aunque es una de las promesas del Inter de Milán, pero más pesó el llamado de Javier Mascherano y Lionel Scaloni para que se incorpore a la Albiceleste.

Su padre es Ezequiel Carboni, laborioso volante que jugó la mitad de su vida en Lanús y el resto en Italia. Dirigió en Argentina y luego se fue con Valen a probar suerte al calcio. La apuesta funcionó: hoy dirige en inferiores del Monza y su hijo jugó once partidos por la Sub 17 de Italia, pero más le motivó compartir camarín con su ídolo, Lionel Messi, y volvió a la Albiceleste el año pasado.

Hoy tiene una responsabilidad máxima. Después de estar junto a Leo en dos partidos de las pasadas eliminatorias y en los encuentros en que Argentina celebró el título mundial ante Panamá y Curazao, se sumó a la selección Sub 20 y Mascherano le dio la camiseta número 10. Ya anotó su primeros goles por el combinado -no fue facilitado para el Sudamericano de enero pasado- y será el centro de atención.

Sin embargo, lo que dejó atrás no es poco. Inter ha tratado de darle una formación integral y el jugador ha pasado por la categoría Primavera y el primer equipo. De hecho, estuvo en el plantel que ganó la Supercopa y debutó nada menos que en Champions League, cuando ingresó en los últimos veinte minutos de la derrota 2-0 ante Bayern Múnich en fase de grupos.

¿Qué significa esto? Que Valentín Carboni tendría asegurado al menos un lugar en la tribuna del estadio Olímpico Ataturk de Estambul para la final del torneo continental, el próximo 10 de junio, cuando el cuadro nerazzurro se enfrente con Manchester City por la codiciada Orejona. En cambio, si Argentina camina bien en el Mundial, su lugar estará a más de 12 mil kilómetros.

El destino lo quiso así. Carboni puede ser campeón de Champions y un día después, jugar la final del Mundial Sub 20. Un premio difícil de digerir para un muchacho de 18 años, pero que habla de la dimensión que puede alcanzar su carrera futbolística.

Nada mal para el pibe que en 2016 lució orgulloso una foto junto a Messi en su Instagram, y hoy llevará su misma camiseta en un sueño que parece no tener límites.